UE-CELAC

La división sobre Ucrania marca la cumbre con Latinoamérica

Prosiguen las dificultades para pactar un texto de condena contra Putin

Tal y como estaba previsto, las diferencias sobre la guerra en Ucrania han ensombrecido la primera jornada de la cumbre con los países latinoamericanos y del Caribe. A pesar de los esfuerzos diplomáticos durante todo el fin de semana para pactar una declaración conjunta en la que se mencionara el conflicto, durante este lunes los diplomáticos de ambos lados del Atlántico han seguido trabajando entre bambalinas para cerrar un texto.

Se espera que durante la jornada de este martes se pueda pactar una declaración común, aunque se da por supuesto que no habrá una condena a la invasión de Ucrania por parte de las tropas de Vladimir Putin.

Aunque fuentes diplomáticas intentan quitarle hierro al asunto y señalan «la fuerte convergencia» de la mayoría de los países congregados en las votaciones de las resoluciones de Naciones Unidas, las diferencias son evidentes. Ya en el año 2014, Cuba y Nicaragua reconocieron al anexión rusa de Crimea, a pesar de que este movimiento fuese tachado como ilegal por parte de EE UU y la UE. Entre los Estados latinoamericanos se encuentran los países partidarios de Moscú y otros que se inclinan por la tibieza. Brasil ha declarado su neutralidad y se ha negado a condenar la invasión rusa de Ucrania. Su presidente, Lula da Silva, incluso se ha ofrecido como mediador en el conflicto y ha asegurado que «Zelenski es tan responsable como Putin».

El propio Volodimir Zelenski, tenía pensado asistir a esta cumbre tras la invitación del presidente del Gobierno español Pedro Sánchez. Pero, según él mismo aseguró en una entrevista con medios españoles, su presencia fue vetada por varios líderes latinoamericanos.

El presidente de turno de la CELAC, el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, ha criticado este lunes el «énfasis desproporcionado» de las cancillerías europeas. En su discurso de apertura, ha pedido una diplomacia «madura» para poner fin a la guerra aunque el resultado no sea «completamente satisfactorio» para ninguno de los dos bandos y ha recordado que existen otros conflictos en el planeta a los que los europeos no prestan tanta atención.

En todo caso, se espera que esta cumbre de luz verde a la puesta en marcha de un mecanismo de cooperación permanente de funcionarios que haga seguimiento de los acuerdos que se tomen en cumbres de alto nivel cada dos años. Según explican fuentes diplomáticas, se trata de crear los cauces necesarios para un diálogo permanente de cara a responder a las crisis que se presenten en el mundo, en un tablero internacional más agitado que nunca marcado por la guerra fría entre China y EE UU.

Por ejemplo, se podía haber convocado una reunión con estos países tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia si existiera este formato, como una forma de que estos conocieran de primera mano cual iba a ser la respuesta europea y contrarrestar cualquier intento de propaganda rusa.

Dentro de los aspectos espinosos de la cumbre, la presencia de la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, que ha podido viajar a Bélgica debido a su estatus de diplomática a pesar de estar sancionada por los países europeos.

Rodríguez ha pedido el «levantamiento del bloqueo criminal» a su país a la llegada a la cumbre. «Venezuela aspira a caminos de paz para todos los países del mundo, a cooperación genuina, verdadera, que sea fructífera, para los pueblos que están en las calles y esperan algo de sus gobernantes», ha asegurado la representante del régimen de Nicolás Maduro.

El presidente francés, Emmanuel Macron ha celebrado una reunión con la líder chavista y los presidentes de Argentina, Brasil y Colombia con el objetivo de negociar sobre la situación de Venezuela. El encuentro no ha contado con la participación de España, a pesar de los lazos históricos con nuestro país. Es la segunda cita en este formato tras un primer encuentro en noviembre durante el Foro de París sobre Paz.