
Disidencia
Dmitri Kozak, el asesor de Putin que se atrevió a decirle "no" a la guerra con Ucrania
Es el primer alto funcionario ruso que dimite por su oposición a la guerra ucraniana

Durante más de dos décadas, Dmitri Kozak fue considerado uno de los hombres de mayor confianza de Vladímir Putin. Nacido en Ucrania, formado en Derecho en Leningrado y parte del equipo que acompañó al actual presidente ruso en su ascenso al poder en 1999, Kozak ocupó cargos clave: jefe de campaña de Putin en las presidenciales de 2004, viceprimer ministro durante más de una década (2008-2020) y, más recientemente, número dos de la Administración presidencial del Kremlin.
Hoy, su nombre vuelve a los titulares por un motivo distinto: se ha convertido en el primer alto funcionario ruso que renuncia por su oposición a la guerra en Ucrania, un gesto inusual y arriesgado en un sistema que persigue cualquier disidencia.
Según revelaciones de la prensa rusa y de medios internacionales como The New York Times, Kozak fue el único participante del Consejo de Seguridad de Rusia en febrero de 2022 que se pronunció en contra del inicio de la invasión a gran escala. No sólo advirtió de las consecuencias de una guerra prolongada y de la resistencia ucraniana, sino que intentó negociar un acuerdo de paz temprano con Kiev que habría bloqueado la entrada de Ucrania en la OTAN, pero que Putin rechazó porque buscaba anexar territorio.
Con el paso de los meses, Kozak siguió insistiendo en la necesidad de detener la ofensiva. Incluso llegó a pedir a interlocutores occidentales que le proporcionaran argumentos para convencer a Putin de dar marcha atrás. Esa actitud lo convirtió en una figura incómoda dentro del Kremlin.
A pesar de mantener en público un discurso alineado con el del presidente -llegó a repetir en 2021 la retórica del Kremlin sobre el “régimen malvado de Kiev”-, en privado Kozak era percibido como un disidente. Con el tiempo fue perdiendo poder en favor de Serguéi Kiriyenko, otro vicejefe de la Administración presidencial, firme defensor de la llamada “operación militar especial”.
Ahora, el Kremlin ha confirmado que ha aceptado su dimisión. Oficialmente, Kozak deja su puesto como subjefe de la Administración presidencial para pasar a un nuevo cargo de menor perfil: representante plenipotenciario en el distrito federal noroccidental. Otras versiones apuntan a que podría trasladarse al sector privado. En cualquier caso, se trata de un descenso abrupto para alguien que durante años estuvo en el círculo más cercano de Putin.
La renuncia de Kozak no es un simple cambio burocrático: se trata del primer caso reconocido de un alto funcionario ruso que abandona su puesto por discrepancias con la guerra. En un país donde expresar dudas sobre la invasión puede acarrear cárcel o persecución, su salida es vista como una muestra de las tensiones soterradas dentro de la élite rusa.
✕
Accede a tu cuenta para comentar