Campaña en EE UU

Trump apuesta por una deportación masiva de inmigrantes como bandera para volver a la Casa Blanca

►Su candidato a vicepresidente, Id Vance, anuncia que los republicanos deportarán a un millón de sin papeles si llegan al Gobierno

MEX5130. CIUDAD JUÁREZ (MÉXICO), 07/08/2024.- Fotografía del 6 de agosto de 2024 que muestra barricadas de alambre de púas, en el muro fronterizo desde Ciudad Juárez, Chihuahua (México). El Gobierno de Texas instaló una tercera barrera de alambre de navajas en el río Bravo (o Grande), en la frontera con México, pese a las críticas del Gobierno mexicano y los riesgos para migrantes, según constató este miércoles EFE en Ciudad Juárez. EFE/ Luis Torres
Texas amplía su controversial alambrada antimigrantes en la frontera con MéxicoLuis TorresAgencia EFE

La inmigración ilegal es una de las deudas más grandes, junto con la inflación, que el electorado estadounidense podría cobrar a los demócratas el próximo 5 de noviembre. Los republicanos, muy conscientes de esto y a pesar de haberse negado a sacar adelante una propuesta del presidente Joe Biden sobre el aumento de seguridad fronteriza, han utilizado el tema como una de sus banderas de campaña.

En las últimas horas, la media de encuestas de la consultora Real Clear Politics ha develado que un 62% de los estadounidenses critican el manejo de la frontera por parte del Gobierno de Biden, una estadística que sin duda da lugar a que los candidatos ofrezcan al electorado alternativas distintas para enfrentar la llegada masiva de migrantes, particularmente de América Latina.

En respaldo a una propuesta de Donald Trump que buscaría la deportación de 20 millones de inmigrantes irregulares (una cifra desproporcionada y que no viene respaldada por ninguna data oficial), su fórmula vicepresidencial, JD Vance ha dicho que una eventual administración republicana se dispone a iniciar con la expulsión de al menos un millón de estas personas si son electos en noviembre.

En declaraciones a la cadena ABC, el también senador por Ohio dijo estar “extremadamente confiado” en que ganarán y podrán hacer frente a esa propuesta. "Creo que es interesante que la gente se centre en, 'Bueno, ¿cómo deportas a 18 millones de personas?' Empecemos con 1 millón. Ahí es donde Kamala Harris ha fallado. Y luego podemos avanzar desde allí", explicó sin decir cuál sería el método para hacerlo realidad.

Lo que sí dijo Vance es que el plan adoptaría un “enfoque secuencial” que tendría como primer objetivo expulsar a los “criminales violentos”, además de hacer más difícil “la contratación de mano de obra ilegal” que -según él “reduce los salarios de los trabajadores estadounidenses”.

A pesar de esta pretensión, instituciones como el Pew Center estiman que hasta 2022 en EE. UU. había alrededor de 11 millones de indocumentados, un dato que reduce a la mitad los registros de Trump. Y de ellos, menos del 3% de los migrantes está demostrado que comentan delitos en el país. De hecho, cuando se comparan con blancos o afroamericanos, los inmigrantes hispanos son quienes menos hechos delictivos registran.

La idea inicial de los 20 millones de inmigrantes surgió de Trump, de forma similar a como había sucedido en 2016, cuando en la primera campaña del republicano prometió desde el día uno la construcción de un muro fronterizo que pagaría México para evitar esa entrada de irregulares, un tema que le hizo ganar seguidores en principio pero que terminó siendo uno de los lastres de su gobierno.

En esta oportunidad Trump ha dicho que para lograr las deportaciones se apoyaría en la Guardia Nacional, lo que implicaría el despliegue polémico de unidades militares y policiales, así como la creación de vastos campos de detención a lo largo de la frontera sur.

Trump ha expuesto su visión de una “operación de deportación sin precedentes” en una serie de discursos en mítines, artículos de periódicos y publicaciones en redes sociales. Tiene la intención de actuar rápidamente después del día de la inauguración en enero próximo para llevar a cabo redadas masivas de inmigrantes en todo el país, incluyendo incursiones en grandes ciudades donde enfrentaría una oposición demócrata segura.

“En el primer día, comenzaremos la operación de deportación doméstica más grande en la historia de Estados Unidos”, aseguró el exmandatario.

Para preparar el terreno a esta propuesta, Trump se ha apoyado en la retórica de que los inmigrantes estaban llegando por millones desde prisiones extranjeras y “manicomios”, lo que lleva al “saqueo, violación, masacre y destrucción de los suburbios, ciudades y pueblos estadounidenses”.

Expertos en inmigración dicen que los planes de deportación para una segunda administración de Trump superarían cualquier cosa vista anteriormente, tanto en escala como en la intensidad de la determinación del expresidente de pasar por alto las barreras legales. Intentó realizar redadas en lugares de trabajo durante su primer mandato en 2016, pero en gran medida fueron bloqueadas en los tribunales.

“Esta vez debemos tomar a Trump en serio”, dijo David Leopold, ex presidente de la Asociación Estadounidense de Abogados de Inmigración. “Cuando habla de deportaciones masivas, ya sea en vagones de tren, autobuses o aviones, o lo que sea, eso es lo que va a hacer”, sentenció.

El terreno para esto se ha visto sembrado en varios estados dominados hoy por republicanos como Texas, en el que el gobernador Greg Abbott ha instalado en las últimas horas una medida drástica como es la obligación a los hospitales públicos para que reporten el estatus migratorio de los pacientes que ingresan a urgencias. Varias organizaciones han prometido demandar la orden ejecutiva, pero entre los trámites legales, lo que está claro es que las bases de ese apoyo a Trump están sentadas para que vaya en esa dirección.