Ecologismo

Dos activistas climáticos rocían con pintura naranja Stonehenge

Las fuerzas de seguridad detienen a los miembros de la organización ecologista Just Stop Oil

La Policía del condado de Wiltshire detuvo el miércoles a dos activistas climáticos por rociar con pintura naranja Stonehenge, uno de los monumentos prehistóricos más famosos del mundo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Los miembros de la organización ecologista Just Stop Oil decidieron actuar tras la publicación del programa electoral del Partido Laborista, claro favorito para ganar las elecciones generales del próximo 4 de julio.

A pesar de que los de Keir Starmer han prometido no conceder más licencias de prospección de petróleo y gas, una medida que Just Stop Oil respalda, el grupo considera que la legislación no es suficiente. «Seguir quemando carbón, petróleo y gas provocará la muerte de millones de personas», denunció la organización a través de un comunicado en el que exigen ir más allá y firmar un tratado para eliminar los combustibles fósiles de forma progresiva antes de 2030.

El incidente, que el primer ministro británico Rishi Sunak no dudó en calificar como «un vergonzoso acto de vandalismo», tuvo lugar un día antes de que comiencen las celebraciones del solsticio de verano alrededor de este monumento de 5.000 años de antigüedad. English Heritage, la organización benéfica que gestiona la zona, denunció un suceso que describió como «extremadamente perturbador» y anunció que los expertos ya estaban investigando los daños y que el lugar seguía abierto al público. La pintura rociada sobre el monumento, según Just Stop Oil, estaba hecha de almidón de maíz y se disolvería con la lluvia.

Stonehenge se construyó en las tierras llanas de la llanura de Salisbury por etapas hace 5.000 años, y el único círculo de piedras se erigió a finales del Neolítico, hacia el 2.500 a.C. Se sabe que algunas de las piedras, las llamadas bluestones, proceden del suroeste de Gales, a casi 240 kilómetros de distancia, pero el origen de otras sigue siendo un misterio.