Elecciones en Ecuador

Ecuador vota el fin del correísmo

El presidente de Ecuador, Lenín Moreno (d), junto al vicepresidenta Maria Alejandra Vicuña (i), celebra mientras ofrece un discurso desde el palacio presidencial de Carondelet
El presidente de Ecuador, Lenín Moreno (d), junto al vicepresidenta Maria Alejandra Vicuña (i), celebra mientras ofrece un discurso desde el palacio presidencial de Carondeletlarazon

El recuento rápido del Consejo Nacional Electoral (CNE) da un 67,82 % en promedio al "sí"en las siete preguntas de la consulta popular y referéndum desarrollado hoy en Ecuador y sus circunscripciones en el exterior.

Según los resultados correspondientes al conteo rápido del referéndum celebrado durante la jornada, los votantes se han pronunciado a favor de eliminar la reelección indefinida.

La presidenta del organismo, Nubia Villacís, ha destacado que, con un margen de error del uno por ciento, el 'sí' se ha impuesto en todas las preguntas del referéndum, que ha tomado el cariz de un plebiscito sobre el apoyo al actual mandatario, Lenín Moreno, y su antecesor, Rafael Correa.

De esta forma, el 67,82 por ciento de la población a votado a favor de "enmendar la Constitución de la República del Ecuador para que todas las autoridades de elección popular puedan ser reelectas por una sola vez para el mismo cargo".

El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, agradeció al pueblo y las instituciones por su participación en la jornada electoral y adelantó que "no volverán ya los viejos políticos".

En un discurso que ofreció desde el palacio presidencial de Carondelet, en Quito, Moreno se mostró vehemente tras conocerse los primeros resultados escrutados del referendo y consulta popular celebrados hoy y que han obtenido el sí en las siete preguntas planteadas por el Gobierno, según un "recuento rápido"representativo.

Una de ellas, la que proponía la derogación de una enmienda constitucional para impedir la reelección indefinida de autoridades, que es la que menor rango obtiene con menos del 20 por ciento escrutado, ha sido interpretada como un intento de impedir que el expresidente Rafael Correa regrese al poder.

"No volverán ya los viejos políticos, tienen la obligación de renovarse", dijo Moreno, interrumpido por aplausos y sin mencionar el nombre de ningún político en particular.

"Gracias por luchar contra la corrupción, no más políticas corruptas, gracias por incentivar a nuestros jóvenes a participar en política", manifestó el mandatario también en alusión a la pregunta número uno del referendo, orientada a luchar contra la corrupción.

Moreno dijo que la jornada electoral había sido "de paz y una fiesta democrática", y agradeció asimismo a los funcionarios del Consejo Nacional Electoral, de las Fuerzas Armadas, a los observadores internacionales, especialmente de la OEA y la Unasur, y a la ciudadanía por haber participado en el proceso.

Seis preguntas

La rivalidad entre Moreno y Correa marcó una crucial jornada de votación de un referéndum que busca eliminar la figura de la reelección indefinida de la Constitución. Una modificación que introdujo el ex presidente Correa en 2015 y que le permitiría presentarse a la Presidencia en las elecciones de 2021.

El referéndum de ayer se componía de otras seis preguntas entre las que destacaba la inhabilitación política por causas de corrupción, la no prescripción de los delitos de abuso sexual contra menores o la reducción del área de explotación petrolera del Parque Nacional Yasuní. Al cierre de esta edición, se esperaba que la participación rondase el 60%. En Ecuador el voto es obligatorio, por lo que trece millones de ecuatorianos estaban llamados a participar en las 24 circunscripciones del país más los 400.000 del censo en el exterior. Tras votar en Quito, el presidente Moreno apeló también al votante para que ejerza «democráticamente el derecho a decidir» y se declaró «orgulloso» de los ecuatorianos por protagonizar una jornada electoral «en paz». Moreno, otrora aliado y ahora enemigo político de Correa, decidió llamar a la votación popular con su potestad ejecutiva dado el retraso en aprobar las preguntas del referéndum por parte del máximo organismo constitucional, al que el Gobierno acusa de incumplir los plazos legales. Para Correa, como indicó en su entrevista con LA RAZÓN, Moreno ha «convocado el referéndum sin el dictamen previo de la Constitución», rompiendo el orden constitucional. En su opinión, la consulta está dirigida a impedir su retorno al poder y a desmantelar su proyecto político del Socialismo del Siglo XXI instaurado cuando gobernó el país andino en la década de 2007 a 2017 y en cuyos primeros seis años, Moreno fue su vicepresidente. Para impedir este propósito, Correa decidió abanderar la campaña por el «No» y es la cara visible de una nueva oposición contra el Ejecutivo, junto con ex miembros del movimiento político que fundó, Alianza País, del cual se separó recientemente.

«Obviamente que es contra mí, para eso gastan 60 millones de dólares, un Gobierno que promete austeridad (...) Están haciendo (la reforma) retroactiva para que se cuente mi reelección de 2008 y no pueda volver a participar», dijo Correa. «Con esta consulta mañosa quieren legitimarse (...) Es utilizar a la gente para legitimarse políticamente y eso no es ético», agregó el ex presidente.

La campaña estuvo marcada por las duras acusaciones verbales entre ambos políticos y en la recta final ensombrecida por las agresiones en contra de Correa por parte de sus detractores, que le lanzaron huevos y basura durante sus recorridos por pequeños pueblos costeros del país. Correa regresó desde Bélgica para hacer campaña a favor del «No» con una caravana visitando los barrios populares, entre los que sigue gozando de cierta popularidad.

La mayoría de los ecuatorianos desconocía el contenido de las siete preguntas del referéndum, por lo que el debate se centró en un posible retorno de Correa. «Considero peligroso que una autoridad sea reelecta indefinidamente. Debemos refrescar el poder para que lleguen ideas nuevas que mejoren al país, necesitamos reconciliación para salir adelante», afirma Jessica Benites, socióloga de 46 años desde la ciudad de Guayaquil, mientras esperaba para votar en un colegio del centro. Chasi, un albañil de 40 años, pelo negro y rasgos indígenas, expresaba que desde el Gobierno anterior presidido por Correa, perdió poder adquisitivo a causa de una ley que aumentó los impuestos a la plusvalía y afectó al sector inmobiliario del país. «La construcción está parada hace tiempo y nosotros dependemos de la venta de casas, de oficinas, de pisos para poder llevar el pan a nuestras familias», manifestó.

A Chasi le interesa la ley que graba hasta con 75% la plusvalía de los bienes, pero en la consulta popular también se pide a los votantes que eliminen la disposición legislativa sobre delitos sexuales contra menores, detengan la minería en áreas protegidas, eliminen un impuesto a las ganancias de capital en bienes raíces y limiten la exploración petrolera en el Yasuní, un área que alberga uno de los últimos grupos indígenas del hemisferio que viven en aislamiento voluntario. Además de restablecer los límites de mandato, se pidió a los ecuatorianos que impidan a las personas acusadas de corrupción ocupar cargos públicos, una medida que podría marginar a algunos de los aliados de Correa, incluido el ex vicepresidente, Jorge David Glas.

Por otro lado, a los ecuatorianos se les pidió que eliminen el «Consejo de Participación Ciudadana y Control Social», un cuerpo poderoso que puede despedir y contratar al fiscal general, las autoridades electorales y los jueces. Fundamentalmente, si la medida se aprueba, Moreno podrá seleccionar a los miembros del Consejo, quienes detentarán el poder durante un año.