Política

Estado Islámico

EE UU bombardea posiciones de los yihadistas del Estado Islámico en Irak

El Pentágono confirma ataques aéreos contra el Estado Islámico. Cazas F-18 lanzan bombas para frenar el avance islamista a Erbil. La Casa Blanca justifica la acción para evitar un «genocidio». Es la primera misión militar en el país árabe tras la retirada de 2011. Temor en Washington a que la campaña se alargue en el tiempo

Fotografía cedida por la Marina estadounidense que muestra a varios miembros de la Marina guiando a un avión Hornet F/A 18, uno de los aviones que ha lanzado las bombas de 230 kilos contra una pieza de artillería móvil cerca de Erbil.
Fotografía cedida por la Marina estadounidense que muestra a varios miembros de la Marina guiando a un avión Hornet F/A 18, uno de los aviones que ha lanzado las bombas de 230 kilos contra una pieza de artillería móvil cerca de Erbil.larazon

Estados Unidos ha lanzado nuevos bombardeos aéreos, tras el inicial de esta mañana, sobre Irak contra posiciones de la milicia del grupo yihadista Estado Islámico (EI), informaron fuentes del Gobierno estadounidense a la cadena de televisión NBC.

El Estado Islámico (EI) se encuentra ya a las puertas de Erbil, capital del Kurdistán iraquí. Una fuerte amenaza que llevó ayer a la aviación de Estados Unidos a intervenir por primera vez desde 2011 (fecha de la retirada de las tropas de EEUU del país árabe) para atacar posiciones de los yihadistas en las localidades de Gwer y Mahmur, a menos de 30 kilómetros de la capital kurda. En concreto, dos cazas estadounidenses F-18 bombardearon al mediodía de ayer posiciones yihadistas cuando movían artillería hacia Erbil. En su cuenta de Twitter, el almirante John Kirby, portavoz del Departamento de Defensa de EE UU, dijo que un caza F-18 disparó sendas bombas de 250 kilogramos contra las posiciones de artillería del Estado Islámico de Irak que habían disparado previamente contra las fuerzas kurdas que defienden Erbil, «donde hay personal estadounidense». Horas más tarde, cuatro cazas volvieron a atacar con éxito un convoy de siete vehículos y una posición de morteros cerca de la misma ciudad. El primer bombardeo mató a 45 combatientes del EI e hirió a 60 en la ciudad norteña de Sinjar, según la CNN.

La capital del Kurdistán iraquí es sede de numerosas legaciones diplomáticas y Estados Unidos tiene destinados allí a 40 asesores militares y personal diplomático. Los ataques de la aviación estadounidenses se realizaron apenas diez horas después de que el presidente, Barack Obama, diera luz verde a sus Fuerzas Armadas para proteger a su personal expatriado en Erbil, así como para prestar ayuda tanto humanitaria como de protección a los más de 40.000 desplazados de la comunidad yazidí que están atrapados en las montañas de los alrededores de Sinjar, bajo control de los yihadistas desde el pasado martes. En su intervención del jueves, Obama acusó al Estado Islámico de la destrucción «sistemática» de Sinjar, y de posible «genocidio» contra esta minoría religiosa de legua kurda, que profesa una religión preislámica. La intervención «quirúrgica» de Washington ha levantado ampollas entre las facciones kurdas reacias a los bombardeos de EE UU en su territorio. El Estado Islámico respondió a los ataques aéreos con tono amenazador. «Le digo a Estados Unidos: no sean cobardes atacándonos con drones. En vez de hacer eso, envíen a sus soldados, a los que hemos humillado ya en Irak», proclamó Abu Mosa, portavoz del EI, en un comunicado grabado en vídeo. «Vamos a humillarlos en todas partes, si Dios quiere, y vamos a izar la bandera de Alá en la Casa Blanca», amenazó el portavoz yihadista. Si bien el bombardeo de ayer frenó el avance de los combatientes del EI hacia la capital del Kurdistán, en la provincia de Nínive los yihadistas siguen ganando terreno. Tras la retirada de las fuerzas kurdas o peshmerga de los alrededores de Mosul (bajo control del EI desde junio), los combatientes suníes se hicieron ayer con la presa de Mosul, una de las más importantes de Irak, después de que los pesmergas se retiraran de la zona. Tras la desbandada de las tropas iraquíes cuando cayó Mosul en junio, las fuerzas kurdas se hicieron con el control de la seguridad del territorio disputado con el Gobierno central –como es la ciudad petrolera de Kirkuk–, y las llanuras de Nínive. En junio, los pesmerga contuvieron la progresión de los yihadistas hacia su territorio, pero esta semana las fuerzas kurdas fueron humilladas por los radicales.

Desde que el EI tomó Mosul, avanza en sus conquistas en el norte del país y la vecina Siria. En los territorios bajo su control han impuesto un «califato» islámico, lo que ha provocado cientos de muertos y el éxodo de cientos de miles de personas, especialmente de otras confesiones religiosas. Se calcula que el avance de los yihadistas ha provocado la huida de unas 200.000 personas, en su mayoría yazidíes kurdos y cristianos, que se encuentran aislados y con necesidad urgente de agua, comida, refugio y medicinas. La crisis humanitaria desatada en las llanuras de Nínive ha levantado una fuerte solidaridad internacional. La ONU anunció ayer que está preparando un corredor para facilitar la evacuación de civiles.

Desde Washington, al cierre de esta edición, se advertía de que no había una fecha límite para terminar con los bombardeos. La Casa Blanca abría así la puerta a una intervención extendida en el tiempo aunque descarta el envío de tropas sobre el terreno. Pese a los límites que se quieren imponer a esta guerra quirúrgica, en los círculos políticos no se oculta el temor de volver a quedar atrapado en el fango iraquí. Es la cuarta intervención americana en el país árabe y la segunda ofensiva aérea de Obama. El estreno fue Libia.