Relaciones internacionales

EE UU y China chocan por las islas en disputa

El presidente norteamericano, entre los líderes de los 21 países miembros de la APEC en la foto de familia en Filipinas
El presidente norteamericano, entre los líderes de los 21 países miembros de la APEC en la foto de familia en Filipinaslarazon

Estados Unidos y China han vuelto a chocar por la construcción de las islas artificiales en las aguas en disputa. El presidente chino, Xi Jinping, presionó para que no se hiciera mención al conflicto territorial durante la cumbre anual de la APEC (Organización para la Cooperación Económica Asia Pacífico) en Filipinas pero el presidente norteamericano, Barack Obama, optó por no silenciar la crisis regional.

En el encuentro con la prensa después de su reunión bilateral con el presidente filipino, el anfitrión de la cumbre, Benigno Aquino, el líder norteamericano criticó la construcción en las islas Spratly en el Mar del Sur de China, cuyas aguas son reclamadas ael gigante asiático, entre otros actores regionales. La disputa sobre la soberanía territorial de esta zona se arrastra desde hace décadas, aunque la tensión ha crecido en los últimos años. Los países que reclaman su soberanía son China, Vietnam, Taiwán, Filipinas, Malasia y Brunei, debido a los recursos naturales de los alrededores. Pero, más allá de esto, el arrecife constituye un punto estratégico en una de las principales rutas del comercio marítimo del mundo. Cada año, sus aguas son surcadas por 50.000 barcos con el 80 por ciento de importaciones chinas y japonesas. Obama instó al gigante asiático a frenar sus actividades militares y apoyar un proceso de arbitraje para terminar con las diferenciar entre Pekín y los países del sureste asiático. «Estamos de acuerdo en la necesidad de pasos audaces que rebajen las tensiones, incluidas la promesa de detener las reclamaciones, nueva construcción y militarización de zonas disputadas en el Mar del Sur de China», recordó el presidente norteamericano que ha defendido el derecho a la navegación libre por estas aguas, cuya ruta es vital para el comercio y el intercambio. Mientras China ha afirmado que sus operaciones tienen fines civiles, como la pesca o la observación meteorológica, desde Washington se teme que su principal motivación sea militar.

Obama tiene previsto además reuniones bilaterales con los líderes de Australia, Canadá, Japón, al que verá hoy por la tarde; Singapur, Malasia y Laos. Se espera que los actores involucrados en el conflicto presionen a Obama para que intervenga en la crisis. Antes de su llegada a Filipinas, EE UU anunció 250 millones de dólares en contribuciones militares a algunas naciones asiáticas para reforzar sus defensas ante la emergencia de la potencia china. La respuesta del gigante asiático tardó poco, desde donde se pidió al presidente de Estados Unidos que «pare de jugar» en las citadas aguas: «Las acciones son lícitas, justificadas y razonables. Si hay algo debería parar Estados Unidos de jugar con el asunto del Mar de China Meridional», indicó el portavoz del ministerior de Asuntos Exteriores Hong Lei. A su juicio, «ninguna nación tiene derecho a señalar con el dedo. Estados Unidos debe parar de elevar la tensión en el Mar de China Meridional y complicar las disputas», afirmó Hong después de la reunión bilateral entre Aquino y Obama antes de la cumbre de Cooperación Económica de Asia-Pacífico. A esta reunión, China también asiste, aunque se niega a tratar este asunto en el mismo foro.

La tensión entre Pekín y Washington por las islas artificiales viene de lejos. En noviembre el jefe del Comando del Pacífico de Estados Unidos, el almirante Harry B. Harris Jr., recordó que la Marina de Estados Unidos continuaría con sus operaciones de navegación en el Mar del Sur de China en el Centro Stanford en la Universidad Peking. La operación, a la que el jefe del Comando del Pacífico de EE UU hizo entonces referencia, fue la entrada de un destructor estadounidense en las islas Spratly. Con la incursión, el Pentágono desafió de manera directa las reivindicaciones de China sobre el arrecife, reclamado, a su vez, por Filipinas y Malasia. En octubre, China protestó enérgicamente por la presencia de este buque de guerra norteamericano en las aguas en disputa acto que calificó de «provocación».