EEUU pide a España, Francia o Italia un puerto para descargar material químico sirio

Estados Unidos ha solicitado a España, Francia o Italia un puerto en el Mediterráneo para descargar productos químicos generados en la destrucción del arsenal sirio, informaron hoy fuentes diplomáticas.

Un buque de la marina estadounidense será el encargado de neutralizar en alta mar las sustancias químicas más peligrosas que salgan de Siria -como gases sarín y mostaza- y busca un lugar para descargar los restos de ese proceso, explicaron las fuentes.

Agregaron que las sustancias que se desembarquen serán ya productos rebajados a un nivel mucho menos peligroso, de los que podrán hacerse cargo empresas privadas.

Por el momento, no se ha decidido qué país y qué puerto concreto se harán cargo de la tarea, algo que podría formalizarse la próxima semana, cuando la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) prevé cerrar el plan detallado para eliminar durante los próximos meses todo el arsenal químico sirio.

Si España aceptara recibir los residuos, la operación de descarga podría llevarse a cabo en Rota (Cádiz), según las fuentes.

Está previsto que los productos más peligrosos salgan del país árabe antes de fin de año y sean destruidos como muy tarde en marzo de 2014, mientras que el resto de sustancias se eliminarán paulatinamente hasta mediados de 2014.

La OPAQ y la ONU lideran el proceso de destrucción de las armas químicas sirias en virtud de un acuerdo cerrado entre Rusia y Estados Unidos, país que ha asumido buena parte de la iniciativa para culminar con éxito la estrategia de desarme.

En las tareas para sacar de Siria los productos químicos participarán también Noruega y Dinamarca, que han ofrecido sendos barcos para el transporte.

Los ministros europeos de Exteriores repasarán el próximo lunes el proceso de desarme químico dentro de la reunión mensual que celebran en Bruselas, en la que también abordarán otras dimensiones del conflicto sirio, como la crisis humanitaria del país y los preparativos de la conferencia de Ginebra 2.