
Armamento
El Ejército Popular de China presenta su arsenal nuclear más avanzado y tecnología militar sin precedentes
El arsenal de misiles balísticos del EPL se refuerza mientras Xi pide acelerar la construcción de un ejército de clase mundial

El desfile militar del miércoles en Pekín no fue solo un acto de conmemoración histórica en la Plaza de Tiananmen; fue, sobre todo, una exhibición calculada de poderío y modernización armamentística. Bajo la atenta mirada del presidente Xi Jinping, acompañado por los líderes de Rusia y Corea del Norte, el Ejército Popular de Liberación (EPL) presentó una serie de sistemas de armas nunca antes vistos en público, marcando un hito en la estrategia de disuasión y en la carrera tecnológica de China.
En su discurso, Xi aseguró que el EPL “siempre ha sido un ejército heroico en el que el partido y el pueblo pueden confiar” y llamó a “acelerar la construcción de un ejército de clase mundial” capaz de “salvaguardar resueltamente la soberanía nacional”. Sus palabras, respaldadas por la imponente muestra militar, enviaron un mensaje directo a Occidente: China está preparada para defender sus intereses estratégicos en todos los frentes.
El momento clave del desfile fue el debut del DF-61, considerado el misil balístico intercontinental (ICBM) más avanzado del arsenal chino, sucesor del DF-41. Capaz de alcanzar objetivos a distancias intercontinentales, este sistema promete reforzar la capacidad de ataque nuclear de largo alcance de la Fuerza de Cohetes del EPL.
También apareció en escena el JL-3, un misil balístico lanzado desde submarinos (SLBM) de tercera generación. Su incorporación resulta estratégica para las operaciones de disuasión nuclear marítima, asegurando la capacidad de respuesta en caso de conflicto. Con este despliegue, China confirma que no solo busca mantener el equilibrio frente a Estados Unidos y sus aliados, sino que avanza hacia una tríada nuclear robusta: tierra, mar y aire.
La exhibición incluyó además el DF-31BJ, la versión más reciente y móvil del misil de combustible sólido DF-31. Con un alcance operativo superior a los 11.000 kilómetros, representa la continuidad del esfuerzo de Pekín por modernizar su arsenal estratégico y ampliar sus opciones de lanzamiento.
La guerra futura se insinuó en el desfile con la presentación del GJ-11, un vehículo aéreo de combate no tripulado (UCAV) con diseño furtivo y capacidad para portar armamento en bahías internas. Su silueta de “ala volante” recuerda a los drones más avanzados de Occidente, como el estadounidense B-2, pero adaptado al concepto chino de operaciones conjuntas.
El EPL también presentó drones clasificados como “compañeros leales”, capaces de operar junto a aeronaves tripuladas. Esta tendencia global, que ya impulsa Estados Unidos y Rusia, muestra que Pekín busca integrar inteligencia artificial y operaciones autónomas en sus futuras doctrinas militares.
Junto a ellos desfiló el PHL-16, también conocido como PCL-191, un lanzacohetes múltiple de largo alcance considerado la respuesta china al HIMARS estadounidense, ya en uso en Taiwán. Su capacidad para golpear objetivos estratégicos lo convierte en un activo crucial en escenarios de alta tensión como el Estrecho de Taiwán.
Mensaje político
El énfasis en las armas nucleares fue ineludible. El despliegue de múltiples sistemas de misiles, tanto terrestres como marítimos, coincidió con la campaña de Xi Jinping para reforzar la Fuerza de Cohetes, recientemente sacudida por casos de corrupción. El mensaje es claro: pese a desafíos internos, la prioridad del EPL sigue siendo consolidar una capacidad de disuasión creíble y moderna.
La presencia de Putin y Kim Jong Un en la tribuna otorgó un tono diplomático al evento. La imagen de los tres líderes saludando a las tropas simboliza una coalición tácita contra la hegemonía estadounidense y sus aliados. Para Pekín, el desfile fue más que una muestra de poder: fue una declaración política en un escenario internacional marcado por tensiones en Ucrania, el Mar del Sur de China y Taiwán.
Con la combinación de nuevos misiles balísticos, drones furtivos y lanzacohetes de última generación, China ha dejado claro que no solo busca alcanzar el nivel tecnológico de Occidente, sino superarlo en algunos terrenos clave. En la Plaza de Tiananmen, bajo 80 salvas de cañón y frente a miles de soldados, Pekín mostró al mundo que su ejército ya no es solo un símbolo histórico, sino una fuerza preparada para la guerra del futuro.
✕
Accede a tu cuenta para comentar

Ataques a jueces
El PP llevará el «lawfare» de Sánchez al «banquillo» europeo

Acusaciones de "lawfare" del presidente