Reino Unido

El 51,8% cree que otro Brexit en la UE es posible

Más de la mitad de los encuestados ve culpable a la clase política británica y entiende conveniente otro referéndum.

Los británicos votarían hoy contra la salida de la UE, según todos los sondeos publicados en los últimos meses
Los británicos votarían hoy contra la salida de la UE, según todos los sondeos publicados en los últimos meseslarazon

Más de la mitad de los encuestados ve culpable a la clase política británica y entiende conveniente otro referéndum.

Reino Unido debió calibrar con exactitud las consecuencias del referéndum de junio de 2016, en el que el 52% de los ciudadanos se mostró a favor de abandonar la UE y el 48% apoyó quedarse. Tan estrecho margen marcó un decisión histórica que, a medida que han transcurrido los meses, ha confirmado las consecuencias catárticas para la sociedad. Nada será igual para el país; nada lo es desde aquel día. Inmersos en una borrasca política, social y económica permanente, Gran Bretaña parece haberse detenido o al menos frenado bruscamente. Hoy, sabemos que el Brexit ha costado ya el 2% del PIB a los británicos, lo que suponen 46.000 millones de euros y una reducción de mil euros anuales en los ingresos de las familias. Empobrecimiento, en suma. No sobran razones para pensar que de aquí a marzo de 2019, fecha en la que Reino Unido abandonará la UE, la deriva negativa se invertirá. De hecho, los británicos tampoco se muestran optimistas. Los sondeos reflejan que las mayorías se han alterado y que de celebrarse la consulta ahora el resultado sería el contrario al de junio. Desde España, la valoración es mayoritariamente crítica con el proceso. El 46,9% piensa que los británicos se arrepienten de haber votado la salida del club comunitario y, en ese sentido, las responsabilidades están claras. El 53,3% apunta a la clase política de Reino Unido. Los españoles entienden que la solución pasaría por repetir el referéndum y volver a la casilla de salida. Así lo ve el 55,9%. Más de la mitad (51,8%) concluye también que otro país europeo podría repetir la experiencia, pues, pese a todo, el mensaje eurófobo de los movimientos populistas parece calar. El futuro está por escribir, pero nada sugiere que será mejor.