El Futuro de Venezuela
El 70% de los venezolanos exige que se repitan las elecciones
El Gobierno de Maduro se hunde en las encuestas un mes después de llegar al poder. Sin legitimidad y con un país sumido en el caos, no convence ni en sus propias filas
Un mes después de las elecciones, Nicolás Maduro continúa concentrado en defenderse de reproches provenientes del extranjero y en justificar sus excesos apelando a teorías de la conspiración. Su falta de legitimidad, ya que Venezuela se encuentra dividida entre quienes apoyan a Maduro y quienes denuncian falta de transparencia en los comicios en los que se enfrentó a Henrique Capriles, y la espera del recuento de su dudosa victoria con sólo 200.000 votos de diferencia complican el panorama de la legislatura recién comenzada. Preocupado por esto, al Gobierno chavista no parece quedarle mucho tiempo para atender problemas concretos como el de la inseguridad ciudadana, el descenso de la producción petrolera, el desabastecimiento crónico de alimentos, la inflación o el endeudamiento estatal. La situación es de tal abandono que los ciudadanos lo perciben y, de hecho, el líder opositor se impondría a Maduro en el caso de que se repitieran las presidenciales, según un sondeo.
La encuesta del Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD), efectuada entre el 28 de abril y el 5 de mayo, le otorga a Capriles una intención de voto del 45,8%, cinco puntos sobre Maduro (40,8%). «Siete de cada diez venezolanos repetirían las elecciones. Maduro cae un punto en popularidad cada tres días», confirma a LA RAZÓN Raúl Hernández, periodista de «El Universal». Las denuncias de fraude articuladas por la oposición y la forma en que el oficialismo responde a las protestas –reprimiendo manifestaciones y consintiendo agresiones físicas contra los diputados opositores– han sido noticia en todo el mundo. La Prensa internacional también ha tomado nota del arresto de dirigentes estudiantiles, militares retirados y activos identificados con la oposición; de la amenaza de despido que pende sobre los empleados públicos que no votaron por Maduro; y de las evidencias amañadas con que se procura responsabilizar a Henrique Capriles por los nueve muertos y 78 heridos que presuntamente dejaron los tumultos que siguieron a las elecciones.
Algunos observadores atribuyen el agresivo talante exhibido por Maduro en las últimas semanas a su deseo de «congraciarse» con los sectores extremistas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Y es que Maduro no sólo enfrenta el reto de legitimar su Gobierno frente a la oposición venezolana o a la comunidad internacional, sino que también tiene que demostrarles a sus correligionarios que está a la altura del cargo que acaba de asumir. Eso ayudaría a explicar el empeño del «heredero de Chávez» en emular a su mentor. En materia internacional la legitimación que Maduro busca en los foros subregionales tras perder respaldo popular en su país se basa en lo que algunos periodistas locales denominan «la diplomacia del oro negro». «La exportación subsidiada de crudo venezolano a naciones de América Latina y el Caribe depende de que Caracas renegocie el pago de los créditos que recibió de Pekín, cosa que debe ocurrir este mismo año. Si China no le da prórrogas a Venezuela, su compañía petrolera estatal se verá en aprietos», asegura a LA RAZÓN la politóloga Soliz Landivar. «No obstante, en el futuro inmediato, cuesta imaginar a Maduro perdiendo el apoyo de los beneficiarios de su política petrolera», agrega.
Semanas atrás el bolivariano viajó a La Habana para cerrar nuevos acuerdos de cooperación, pero, sobre todo, para seguir delineando la estrategia. Todo indica que los Castro dirigirán «Cubazuela» en la sombra. Por otro lado, EE UU siguen sin reconocer a Maduro como presidente. Por otra parte, días atrás, anunció el despliegue de unos 3.000 militares en seis puntos de Caracas dentro de un plan que contempla la salida de las Fuerzas Armadas a las calles del país para combatir la inseguridad. Sin embargo, la medida no se ha efectuado todavía ante el rechazo de la cúpula militar, escenificando el primer síntoma de rebeldía del Ejército. El mismo que podría acabar tumbado al Gobierno de Maduro.
«Tendremos futuro si no abandonamos la lucha»
Henrique Capriles no se da por vencido en su lucha contra la denuncia del fraude electoral del pasado mes de abril. El líder de la oposición llama a la lucha pacífica y asegura que el Gobierno de Maduro ha engañado a los venezolanos y que su partido va a luchar por demostrarlo. Además, denuncia la persecución que está sufriendo la oposición. El poder está en manos del Tribunal Supremo de Justicia, quien decidirá si acepta o da por nulas las elecciones. Capriles iniciará una gira internacional para denunciar el fraude, aunque no adelantó los países que visitará.
Al borde del colapso económico
Venezuela se asfixia económicamente. Esta semana las imágenes de largas filas en los supermercados del interior del país para conseguir alimentos, como la harina, llenaban los periódicos venezolanos. La inflación del país sigue subiendo: el último dato ofrecido por el Banco Central de Venezuela la situaba en un 29,4%, muy lejos del objetivo de Maduro. El índice oficial de escasez está en su nivel más elevado desde hace cuatro años. La imagen de las largas colas de espera se repite incluso en las farmacias, caras largas y quejas porque el fármaco que se necesita ni si quiera está disponible. Mientras el Gobierno acusa al sector privado de generar desabastecimiento, de acaparar los productos para especular con sus precios, los empresarios se defienden afirmando que es culpa de las dificultades que hay para acceder a las divisas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar