Política

Amenaza nuclear

«El acuerdo favorece la proliferación nuclearen Oriente Medio»

Yosef Kuperwasser / Viceministro israelí de Asuntos Estratégicos

Yosef Kuperwasser
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Su experiencia sobre el terreno le dice que los iraníes han sabido manejar la situación claramente a su favor y en detrimento de Occidente. Yosef Kuperwasser, viceministro israelí de Asuntos Estratégicos, que visitó ayer Madrid para presentar «Fronteras defendibles: una necesidad legítima de Israel» –un ensayo sobre el conflicto palestino-israelí y sus límites territoriales–, desconfía del histórico pacto nuclear y asegura que en Teherán seguirán enriqueciendo uranio para fines civiles y también militares. Aunque se muestra gran defensor de la diplomacia para solucionar los conflictos regionales en Oriente Medio, confiesa que las bases de este pacto no son sólidas.

–¿La supresión de sanciones a Irán supone un paso en falso de la comunidad internacional o un avance en las relaciones con la República Islámica?

–Me preocupa bastante porque sus bases tienen deficiencias, la principal, sobre el enriquecimiento de uranio. Los desarrolladores de este programa seguirán trabajando, al igual que lo hará la construcción de la planta de Arak y las infraestructuras edificadas únicamente para fines militares en Qom, las cuales no han sido desmanteladas. No ha habido una renuncia a estos aspectos clave que buscan el continuo enriquecimiento. El proceso sigue adelante y en seis meses estarán en una mejor situación y necesitarán menos tiempo para alcanzar sus fines. Entonces, lo habrán conseguido con «el visto bueno» de la comunidad internacional. Esto es extremadamente grave. Podrá decirse entonces que habrán superado los obstáculos que ahora tienen bajo el protectorado de las potencias occidentales.

–¿Legitimarán así su potencia nuclear?

–Por supuesto. Hasta ahora estaban en esta misma situación, sólo que siendo sancionados de manera dura y constante. Hoy tienen la promesa de que no van a ser multados, mientras que este acuerdo les permite llegar con una cierta capacidad práctica de enriquecimiento al finalizar el plazo pactado. Pero en ningún sitio del acuerdo se dice que la comunidad internacional vaya a determinar cuáles son esas necesidades prácticas a las que aludirá en su momento Irán. Serán ellos los que las marquen. Este acuerdo crea así un «legitimo Estado umbral» (término que define a los países que han escogido la restricción nuclear a pesar de tener gran capacidad nuclear) muy peligroso. Para los iraníes, este texto es perfecto, porque no les obliga a renunciar a su potencial nuclear.

–¿Puede entonces sentar precedente en otros países que aspiran a conseguir la bomba atómica?

–¿Cómo va a decir ahora la comunidad internacional a otros países que no pueden enriquecer uranio? No podrá, así que la proliferación nuclear aumentará en otras zonas. Los intentos de no proliferación son palabras vacías de significado en este momento. ¿Si a un país que se ha saltado el Tratado de No Proliferación y seis resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se le permite seguir enriqueciendo uranio, cómo se puede pedir a otros que no lo hagan?

–El Grupo 5+1 afirma que controlarán que Irán no enriquece al 20%...

–Nadie podrá controlar esto. Los que defienden el acuerdo dicen que habrá inspecciones continuas, y es verdad, pero esas regulaciones no serán eficientes. Los iraníes están acostumbrados a la vigilancia de Occidente y están bien entrenados para combatirla. Es más, los inspectores nunca han recibido información de los iraníes sino que lo han hecho los Servicios de Inteligencia. Si los iraníes quieren mentir, lo harán.

–En caso de incumplimiento del acuerdo por parte de Irán, ¿podría establecerse de nuevo el régimen de sanciones?

–No se podrá volver a este régimen porque nadie querrá reconocer que ha sido engañado. Los 5+1 han sido engañados por Irán durante 20 años y no creo que lo quieran reconocer de nuevo.

–¿Es simplemente un motivo económico lo que ha obligado a Irán a querer alcanzar un acuerdo?

–Está claro que los iraníes ganan con este acuerdo, pero no sólo en el aspecto económico. Van a obtener 7.000 millones de dólares en los primeros seis meses y luego más, por lo que es cierto que supondrá un alivio, pero este acuerdo también supone una victoria en cuanto a las políticas geoestratégicas. Ahora mismo, Irán exporta 1,2 millones de barriles de crudo al día, una suma inferior a la que se habían acostumbrado en el pasado, pero sigue siendo importante, podrían sobrevivir sin el dinero derivado del fin de las sanciones. Creo que Occidente se está contando su propia historia respecto al pacto, es más, están siendo muy prudentes a la hora de referirse a Teherán, ya que consideran que también puede serles de utilidad en otros conflictos de la zona como Siria, Irak y Líbano. Sin embargo, no creo que se hayan sentado los pilares básicos para conseguir algo beneficioso para el mundo. Lo único que funciona es presionar más y así lo ha demostrado la historia.

–Ahora que Irán se encuentra más reforzado a nivel internacional, ¿su presencia en la cubre de Ginebra sobre Siria puede jugar un papel clave?

–No creo que aporte algo interesante en la solución del conflicto sirio. Está del lado de Asad, un tirano que está acabando con su propio pueblo. Desde Israel deseamos una solución como vecinos, y será un éxito, pero, incluso Obama ha afirmado que no está esperanzado con Ginebra. La comunidad internacional se mueve muy lenta debido a que existen diferentes sensibilidades. Es difícil una solución en Siria, pero todos los procesos que ahora tienen lugar en Oriente Medio tienen una capacidad de éxito limitada.

–¿Y sobre las conversaciones de paz palestino-israelíes?

–Soy escéptico porque hay ninguna flexibilidad en la postura palestina. Siguen sin reconocer el Estado judío y es un paso básico para sentarse a hablar. Tampoco ayudan los mensajes desde Occidente, como el de la Unión Europea al recortar las ayudas de construcción a Israel. Es inaceptable. La UE e Israel piensan de manera diferente sobre los asentamientos, pero estas medidas, Bruselas sólo las ha tomado contra Israel.