Jubilación
El asunto pendiente del Gobierno de Chile
A tres años del «milagro de Atacama», en Chile, donde la minería aporta más de 14% del Producto Interior Bruto nacional, aún debaten sobre cómo equilibrar salarios, condiciones laborales y productividad en la industria motor del país. Según el Consejo Minero, que agrupa a las principales grandes mineras que operan en el país –como AngloAmerican, Barrick o Codelco–, el número de accidentes en minería es menor que en otros sectores clave del país, como la construcción, los transportes o la industria manufacturera. Pero la realidad en algunas minas de pequeño tamaño es bien distinta, advierten los sindicatos. Sólo en la provincia de Petorca, en la región de Valparaíso, se han producido una docena de accidentes mortales desde octubre de 2010.
En Cabildo, un punto negro para la minería por sus recientes accidentes, las organizaciones de trabajadores denunciaron que algunos mineros no tenían elementos mínimos de seguridad, como zapatos de trabajo.
De manera paralela, la industria minera de Chile ha vivido un aumento de salarios sin precedentes, al menos sobre el papel. El sueldo promedio para un trabajador es de 92.000 dólares anuales, el sexto más alto de todo el mundo. Las grandes mineras aseguran además que los sueldos aumentaron más de un 50% en los últimos seis años, entre otras cosas, gracias al aumento del precio del cobre. Pero de nuevo tenemos que hablar de mineros de tercera. Como por ejemplo los «pirquineros», vagabundos que duermen en las minas abandonadas, «arañando» las migajas de oro y cobre a base de cartuchos de dinamita. Muchos acaban sepultados bajos las rocas, o sufren amputaciones de dedos tras explosiones no controladas. La mayoría de los «pirquineros» tienen problemas con el alcohol.
En otras minas medianas hay trabajadores que están cobrando unos 300.000 pesos (585 dólares al mes) y que trabajan 12 horas seguidas al día, durante siete días.
Desde hace años la CUT, principal sindicato de Chile, viene denunciando ante la administración las pésimas condiciones de seguridad en las que trabajan los mineros, propias del siglo XIX en cuanto a medidas de protección. La mina de Copiapó, donde trabajaban los 33 mineros, ni siquiera disponía de una simple escalera de salida en caso de accidente. Por todo esto, muchos en Chile consideran a «los 33» como víctimas y no como héroes, y el rescate, todo un manual de cómo convertir una vergüenza nacional en un «show».
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