Terrorismo

El atentado que puso en jaque a la República

Stephanie Colonna, esposa del asesino del prefecto Erignac, pidió ayer comprensión a Macron «porque su hijo tiene seis años y hace un año y medio que no ve a su padre». El presidente le respondió que «el hecho de que pueda ver a su familia forma parte de lo correcto»
Stephanie Colonna, esposa del asesino del prefecto Erignac, pidió ayer comprensión a Macron «porque su hijo tiene seis años y hace un año y medio que no ve a su padre». El presidente le respondió que «el hecho de que pueda ver a su familia forma parte de lo correcto»larazon

La viuda del prefecto Erignac regresó a la isla por primera vez para conmemorar los 20 años del magnicidio.

El asesinato en 1998 del prefecto de Córcega Claude Erignac a manos de nacionalistas corsos ha marcado la vida de la isla en estos últimos veinte años. Su viuda, Dominique Erignac, recordó ayer que, a pesar del tiempo que ha pasado, y «al contrario de lo que se puede escuchar o leer, está claro que la página no ha pasado, está manchada de sangre». Ella había pensado que no volvería «jamás» al «lugar maldito» en el que su marido fue asesinado por un comando terrorista, «de la forma más cobarde: de noche, con tres balas en la cabeza» cuando se dirigían a pasar una noche en el teatro de Ajaccio. Un crimen que se convirtió en una cuestión de Estado. Para ella no hay duda, con el asesinato de su marido quisieron «alcanzar y abatir la República».

La viuda de Erignac agradeció la presencia de Emmanuel Macron en el homenaje a su marido, que representaba la máxima autoridad del Estado francés en la región, y expresó su deseo de que la República no ceda «nunca» en Córcega, para no tener que decir que «dar razón al criminal es un crimen». Una frase inscrita en el memorial judío de Nancy y que el prefecto había escrito en un cuaderno que siempre llevaba consigo.

Macron tomó la palabra a continuación y declaró que el asesinato de Erignac «no se justifica ni se defiende». Y, frente a los que hablan de «lucha política», recordó que fue un atentado con el que «se mató a un hombre porque era el servidor de la República». En la ceremonia de homenaje al antiguo prefecto de Córcega estaba presente el actual presidente del Consejo Ejecutivo de la isla, el nacionalista Gilles Simeoni, antiguo abogado de Yvan Colonna, condenado por el asesinato de Erignac. Sin embargo, el presidente de la Asamblea corsa, Jean-Guy Talamoni, justificó su ausencia en razón de su «historia política». El líder del partido independentista Corsica Libera había comentado en otras ocasiones que condena el acto, «pero no a los autores», y considera que «por parte de los dos lados se ha hecho un uso mortífero e ilegal de la violencia, porque el Estado ha violado sus propias leyes».