Golpe de Estado en Turquía
El cambio de Turquía amenaza a Europa
La mano dura del Gobierno turco con los supuestos golpistas deja a los líderes europeos en un lugar bastante complicado. Durante los últimos años, las negociaciones entre la Unión Europea (EU) y Turquía han traspasado la cuestión de la membresía turca. Con un acuerdo implícito por parte de ambos lados de que una inclusión no estaba, por lo pronto, sobre la mesa, los diplomáticos han tomado una aproximación más transaccional. Un buen ejemplo de ello es el acercamiento de «realpolitik»a Turquía en el reciente y complicado acuerdo en torno a los refugiados. Es fácil ver cómo los aventos de éste fin de semana amenazan esta frágil construcción.
Para asegurar la ayuda de Turquía en la crisis migratoria, la Unión Europea acordó abrir negociaciones sobre el viaje sin necesidad de visado con Turquía, a pesar de la preocupación existente en torno a su gobierno democrático, la legalidad en este acuerdo siempre ha sido una posdata. De todas maneras, un requisito crucial de la UE era una reforma por parte de Turquía de sus leyes antiterrorismo, algo que es ahora poco probable. Si Erdogan llega a reinstaurar la pena de muerte, los acuerdos con Europa se volverían imposibles. Esto no sólo sería una derrota embarazosa para los líderes europeos que han gastado un gran capital político defendiendo a Turquía, sino que también les dejaría de la noche a la mañana sin un aliado decisivo en el tratamiento de la crisis migratoria, que está lejos de verse finalizada.
El valor de Turquía como un aliado fundamental, aunque dificil, de la OTAN, es también un riesgo. Los líderes militares se preocupan en particular sobre la lucha contra el Estado Islámico (EI), porque Estados Unidos (EEUU) depende de la base turca de Inçirlik para el lanzamiento de ataques en Siria. Pero la estabilidad interior de Turquía también se bve amenazada por la posibilidad creciente de actos terroristas en sus fronteras y de tensiones con el PSS. La fuerza militar de Turquía también se verá afectada, ya que sus tropas estarán centradas en temas internos. Desde una perspectiva geopolítica, la negativa de Ankara de continuar o incluso aplacar simbólicamente las demandas occidentales de un gobierno democrático durante más tiempo podrían formar parte de una reorientación más grande. Durante las últimas semanas y meses Turquía ha estado buscando aliarse más profundamente con socios en la región, a través de gestos reconciliadores con Iraq, Siria, Egipto o incluso Rusia. Una Turquía que le de la espalda a Europa podría cambiar dramáticamente el panorama estratégico europeo.
*Investigadora del Centre for European Reform (CER)
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