Roma

El centro izquierda se hace con la Alcaldía de Roma

El nuevo alcalde de Roma, Ignazio Marino, del Partido Demócrata, acompaña ayer a su madre al centro de votación.
El nuevo alcalde de Roma, Ignazio Marino, del Partido Demócrata, acompaña ayer a su madre al centro de votación.larazon

Los candidatos del centro-izquierda se han hecho con la mayoría de las ciudades en disputa en las elecciones municipales parciales que se celebraban en Italia, entre ellas la capital, Roma.

El candidato del centroizquierda, Ignazio Marino, fue elegido hoy alcalde de Roma, al imponerse al aspirante del centroderecha a la reelección, Gianni Alemanno, en la segunda vuelta de las elecciones municipales de Italia, en las que los progresistas se impusieron en las grandes plazas.

Según los primeros datos del Ministerio del Interior, Marino, médico de formación y senador hasta su renuncia el pasado 22 de mayo por el Partido Demócrata del actual primer ministro, Enrico Letta, logró el 63,95 % de los sufragios en la capital italiana, que hasta 2008 había estado en manos de los progresistas.

La distancia entre Marino y Alemanno (que logró el 36,05 %) se amplió a casi 28 puntos en esta segunda vuelta, después de que en el primer turno de votación la diferencia fuera de algo más de 12, el 42,6 % del candidato de centroizquierda frente al 30,27 % del de centroderecha.

La abstención es la gran protagonista en la segunda vuelta de las elecciones que se celebra entre este domingo y hoy para renovar los ayuntamientos en 67 ciudades italianas, incluida la capital.

Una situación parecida se ha producido en todo el país, en el que el centro-derecha ha perdido buena parte de sus feudos, mientras que el centroizquierda gana en todas partes, como Brescia, Siena, Treviso, Lodi, Imperia, Ancona o Viterbo. Llama la atención el caso de Treviso, en el Véneto, una de las primeras capitales conquistadas por la Liga del Norte, con su propio alcalde-sheriff, Giancarlo Gentilini, cuya repercusión mediática fue enorme por su expeditivo métodos y que ahora queda fuera del poder en lo que se considera "el fin de una era.".