Política

Granada

El Congreso sólo ha aprobado 11 intervenciones desde 1978

La Razón
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A pesar de que Obama no utilizará el poder que tiene como presidente de EE UU para atacer a un país extranjero sin el visto bueno del Congreso, los asesores de su Administración han seguido trabajando para preparar el marco legal por si en el último momento hubiera decidido llevarlo a cabo. Han recordado que el uso de armas químicas del Gobierno sirio representa una amenaza contra la seguridad nacional de Estados Unidos. Así, Obama estaría amparado para autorizar cualquier ataque sin la aprobación de los parlamentarios, que sólo han aprobado en once ocasiones el uso de la fuerza de Washington contra un país extranjero desde 1978. En caso de otra serie de operaciones a menor escala llevadas a cabo por el Ejército norteamericano, como la que quiere Obama en Siria, también anteriores presidentes han obviado al Congreso. Por ejemplo, el presidente Bill Clinton intervino sin la autorización de los diputados en el ataque a Kosovo perpetrado en 1999. De igual modo, Ronald Reagan, en 1983, decidió intervenir en Granada sin contar con ningún respaldo del poder legislativo, así como George H. W. Bush hizo lo propio en Panamá en 1989. Sin embargo, Obama ha aprendido de los errores cometidos por sus antecesores y, también forzado por el débil apoyo internacional a su plan, se ha visto obligado a echar marcha atrás en su operativo para así evitar tener que pronunciar un discurso como el que protagonizó Geroge . Bush en 2003 para anunciar la invasión de Irak (en la imagen) al pueblo estadounidense.

La opinión pública, en contra

El propio presidente ha asegurado en los últimos días que él mismo está cansado de las guerras. Sin embargo, parece que con este argumento no ha conseguido empatizar con sus ciudadanos. Según las últimas encuestas, el 60% de los estadounidenses está en contra de la intervención en Siria. Tan sólo un tímido 9% defiende el ataque limitado que pretende llevar a cabo Obama. Estos datos contrastan con los estudios realizados en conflictos bélicos anteriores. Por ejemplo, el 88% respaldó el ataque a Afganistán en 2001.