Paraguay

El Partido Colorado conserva el Gobierno de Paraguay

La autoridad electoral compareció ante los medios de comunicación cuando los resultados preliminares daban un 46,49 por ciento de los votos a Abdo Benítez, frente al 42,72 del liberal Efraín Alegre

La autoridad electoral compareció ante los medios de comunicación cuando los resultados preliminares daban un 46,49 por ciento de los votos a Abdo Benítez, frente al 42,72 del liberal Efraín Alegre.

Paraguay, que salió de 35 años de dictadura en 1989, ha vivido bajo la hegemonía del Partido Colorado durante las últimas décadas con la sola excepción del Gobierno del ex obispo y ex presidente izquierdista Fernando Lugo (2008-2012), quien fue destituido en un juicio político un año antes de completar su mandato. La dinastía roja, la más longeva del continente, continuará dominando el país suramericano.

El candidato oficialista Mario Abdo Benítez, un joven conservador con lazos con la última dictadura, triunfó el domingo en las elecciones presidenciales con su promesa de mantener el rumbo económico y atraer más inversiones al país. Abdo logró el 46,4% de los votos frente al 42,7% de su principal rival, Efraín Alegre, de la alianza opositora de centroizquierda.

Su victoria fue mucho más estrecha de lo proyectado por los sondeos previos e incluso por algunas encuestas a pie de urna el mismo domingo y llevó a su rival a no reconocer la derrota.

Abdo había llegado a la candidatura venciendo a la poderosa corriente del actual mandatario Horacio Cartes. «Se acabaron las divisiones estériles», dijo Abdo, de 46 años, en su discurso de victoria ante miles de simpatizantes. El nuevo líder es hijo del secretario privado del dictador Alfredo Stroessner, que gobernó Paraguay con mano de hierro hasta 1989. Preguntado por ello, Benítez dijo a los periodistas que «nadie puede dudar de mi compromiso con la democracia. Me he ganado credenciales democráticas».

Este asunto ha sido debatido en la calle: «Abdo carga con el tema de su pasado pero creo que ahora tiene la oportunidad de demostrar que es otra cosa y apostar más por la gente, invertir más en salud, en infraestructura», dijo ayer Lorena Ramírez, de 30 años, seguidora del Partido Colorado. El presidente electo representa la continuidad y propone bajada de impuestos y exenciones para estimular la inversión extranjera y la producción agrícola del país, el cuarto exportador mundial de soja y un importante productor de ganado. Estas políticas han permitido a Paraguay crecer a un ritmo del 4% anual desde hace más de una década.

Este país de gran mayoría católica se opone con vehemencia a la despenalización del aborto y al matrimonio del mismo sexo. Abdo Benítez es un firme defensor de la familia tradicional y también pretende llevar a cabo una reforma del Poder Judicial, que considera corrupto. Paraguay figura en el puesto 135 de percepción de corrupción, de una lista de 180 países elaborada por Transparencia Internacional.

Además, Paraguay, un país rico en hidroelectricidad pero sin salida al mar, no logra reducir su índice de pobreza con la misma velocidad que crece su economía. La pobreza afecta al 26,4% de la población y la precariedad alcanza al 40% de la economía.

En las elecciones del domingo, el Partido Colorado logró también el triunfo en la mayoría de los 17 departamentos de Paraguay, cuyas gobernaciones también estaban en disputa, entre ellos el de Central, que representa el 25% de los votos del país.