Zimbabue

El dentista más odiado del mundo

Walter Palmer, el cazador que mató al león Cecil, sigue en paradero desconocido. Zimbabue pide su extradición

Walter Palmer, autor de la muerte del león Cecil, es dentista en Minnesota. Ha sido muy criticado tanto por internet como en su consulta
Walter Palmer, autor de la muerte del león Cecil, es dentista en Minnesota. Ha sido muy criticado tanto por internet como en su consultalarazon

Ha pedido perdón, aunque todavía justifica que cazar es su pasión. En una carta a sus pacientes en River Bluff Dental, el dentista Walter Palmer –el mismo que mató hace unos días al león Cecil en Zimbabue– reconoce que no suele hablar sobre la caza con sus pacientes «porque es un asunto que divide y tiene una gran carga emocional. Entiendo y respeto que no todo el mundo comparta mis opiniones sobre la caza».

Palmer no aparecerá próximamente por su consulta, donde se han depositado flores y osos de peluche en recuerdo de Cecil. «Lamento profundamente que la práctica de una actividad que adoro y llevo a cabo de forma responsable y legal haya terminado con el fin de este león», indicó. «No tenía ni idea de que el león fuese conocido y querido por los habitantes locales o fuese parte de un estudio hasta esta caza. Me fié del conocimiento de los guías profesionales para asegurarme una caza legal», replicó. Las excusas de Palmer, el dentista más odiado del planeta, no calmaron a las decenas de personas que han dejado carteles estos días en la consulta: «Hay una caries esperándote», reza uno de ellos.

El jueves por la tarde, un portavoz de Palmer se puso en contacto con las autoridades después de que los investigadores del Servicio de Pesca Vida Silvestre le hubiesen buscado sin éxito estos días. El ministro de Medio Ambiente de Zimbabue, Oppah Muchinguri, reconoció que «hemos llamado a las autoridades responsables para su extradición a Zimbabue para que se haga responsable de sus actos». Muchinguri indicó que Palmer se había escabullido antes de que las autoridades de su país hubiesen descubierto lo que le había ocurrido al león más famoso de Zimbabue.

Desde el martes se desconoce el paradero exacto de Palmer. Según el jefe del cuerpo policial del Servicio de Pesca y Vida Silvestre, Ed Grace, el dentista ya fue condenado por perjurio «sobre cómo mató a un oso en Wisconsin en 2009». De momento, las autoridades quieren contrastar la versión del autor de la muerte del león más famoso de África sobre qué ocurrió exactamente cuando mató a Cecil, cuya celebridad generaba 100.000 dólares al año en ecoturismo al país. Semidomesticado, tranquilo y majestuoso, su generosa melena lo hacía reconocible desde largas distancias. Tenía 13 años y era la estrella del parque natural de Hwange, visitado por 50.000 turistas al año.

Palmer podría haber violado la Ley Lacey de Estados Unidos, destinada a proteger a los animales. Vinculada a un tratado de Naciones Unidas que protege a los animales, rige las actividades de los estadounidenses que violan las leyes de los gobiernos extranjeros. Funcionarios del Departamento de Estado también revisan lo ocurrido en África. Desde este organismo se ha evitado confirmar qué trámites han llevado a cabo. En cambio, sí se sabe que los funcionarios de las tres agencias citadas (Servicio de Pesca y Vida Silvestre, FBI y Departamento de Estado) han confirmado que la caza de Cecil fue ilegal a pesar de haberle costado al dentista de Minnesota 50.000 dólares. Además de la petición de las autoridades de Zimbabue para la extradición de Palmer, más de 160.000 personas han firmado otra carta a través de la página web oficial de la Casa Blanca whitehouse.gov, en la que se insta al jefe de la Dipomacia, John Kerry, y la fiscal general del Estado, Loretta Lynch, a ayudar en la misma extradición.

De momento, ya se han presentado cargos contra el cazador Theo Bronkhorst, que estuvo con Palmer durante la ejecución del león, y también contra el dueño del terreno donde se encontraba el animal en el momento de la caza, Honest Trymore Ndovu.

Según informa la agencia AP, hasta el momento EE UU nunca ha extraditado a ninguno de sus nacionales a Zimbabue –y viceversa– desde que ambos países firmaran en el año 2000 un acuerdo de extradición. Las extradiciones «inevitablemente tienen más que ver con consideraciones políticas y diplomáticas que legales», explicó Stephen I. Vladeck, profesor de Derecho especializado en asuntos internacionales en la Universidad de Washington. Hay tensiones políticas entre ambos países. El país surafricano ha culpado de sus problemas económicos a la sanciones en contra del presidente Robert Mugabe y sus socios cercanos, a pesar de que muchos expertos ven la causa del declive económico de Zimbabue en la mala gestión de sus gobernantes. Washington ha penalizado al país debido a las limitaciones de los derechos humanos. EE UU podría analizar el sistema judicial de Zimbabue para determinar si es justo y si las prisiones allí cumplen con los estándares internacionales.

Aficionado a la caza desde los cincos años

Cecil, el león abatido, fue encontrado sin cabeza y sin piel cerca del parque natural. Walter Palmer –que aprendió a cazar a los cinco años– le alcanzó primero con una flecha. Pero como no le mató, tuvieron que rematarle con un rifle 40 horas después. Palmer ha matado leopardos, rinocerontes, alces. Para acabar con uno de estos últimos animales pagó en 2009 en California 45.000 dólares. En 2008 se enfrentó a una condena de prisión, pero después fue puesto en libertad condicional tras admitir que mintió a un agente federal. Fue durante la caza de un oso negro en Wisconsin. Disparó a uno a 40 millas de la zona donde tenía licencia para cazar, y declaró que lo había hecho en la zona del permiso. Tuvo que pagar 2.938 dólares. Estuvo en libertad condicional un año.