ONU

El doble juego de China con su socio norcoreano

La imagen del líder norcoreano Kim Jong Un difundida en varios televisores en un mercado en Seúl, ayer
La imagen del líder norcoreano Kim Jong Un difundida en varios televisores en un mercado en Seúl, ayerlarazon

El empecinamiento de Corea del Norte por acelerar el progreso tecnológico de su programa nuclear volvió a dejar una ristra de críticas por parte de la comunidad internacional, entre ellas las de Corea del Sur, Japón y China, que condenaron la prueba, diciendo que era una clara violación de la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

La explosión nuclear, que se produjo justo después de que el presidente estadounidense Barack Obama abandonara el continente asiático tras asistir a la cumbre del G-20 en China y su visita a Laos, hizo que el líder norteamericano señalara que actos como los del viernes sólo podrían generar «graves consecuencias» hacia el régimen presidido por Kim Jong Un.

La presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, quien calificó a Kim Jong Un de «fánatico imprudente», señaló que «la única cosa que el régimen puede obtener de los ensayos nucleares son sanciones más fuertes de la comunidad internacional y su aislamiento, lo que únicamente acelerará su camino hacia la autodestrucción».

Para el primer ministro japonés, Shinzo Abe, el nuevo desafío nuclear de Corea del Norte es «absolutamente inaceptable», y pidió una «fuerte» respuesta conjunta por parte de la comunidad internacional. La reacción más esperada, la de China, aliado solitario del aislado país comunista, vino a través de un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores en el que calificó el acto de «burla hacia la prohibición de las Naciones Unidas». «Todas las partes, incluyendo a Corea del Norte, deben reconocer que la guerra y la inestabilidad del noroeste de Asia no benefician a nadie», añadía el comunicado, difundido a través de la agencia estatal de noticias Xinhua, en clara señal a la posición del Gobierno chino al escudo anti misiles estadounidense en la zona por temor a que ponga en juego la seguridad el gigante asiático en la región.

A pesar de que China apoyó las sanciones internacionales impuestas después de la cuarta prueba nuclear de Pyongyang hace ahora ocho meses, Pekín se resiste a sellar la frontera con Corea del Norte y evitar con ello la ruina económica del país. El temor a que el régimen de Kim Jong Un pudiera literalmente desmoronarse por la hambruna genera desasosiego en Pekín, ya que el tratado de defensa estadounidense podría provocar un desplazamiento de fuerzas militares norteamericanas a lo largo del país hacia la frontera con China.

Las sanciones impuestas a raíz de las violaciones sobre su compromiso de desnuclearización amenazan la economía de Corea del Norte, donde la mayor parte de la gente vive en la miseria. La provocación nuclear podría funcionar a ojos de Kim como una estrategia para desviar la atención sobre la problemática situación del país y, por otro lado, la de infundir miedo para tratar de disuadir cualquier acción exterior contra él.