Muerte de Hugo Chávez

El Ejército guarda el rostro de Chávez

El brazo duro del chavismo blinda el cadáver del dictador e impide que se vea su cara. El cuerpo del líder venezolano será embalsamado y expuesto en el Museo de la Revolución

Seguidores de Chávez visitan ayer la capilla ardiente en la Academia Militar de Caracas
Seguidores de Chávez visitan ayer la capilla ardiente en la Academia Militar de Caracaslarazon

El cuerpo del difunto presidente de Venezuela, Hugo Chávez, será embalsamado «para que quede abierto al pueblo en el Museo de la Revolución». Así lo anunció el presidente interino, Nicolás Maduro, en un discurso a la nación en el que también informó de que la capilla ardiente instalada en la Academia Militar permanecerá abierta «por lo menos» siete días más para que puedan acudir más personas. Maduro afirmó que Chávez quedará expuesto en una urna de cristal «para que todo el mundo pueda contemplarlo como a Ho Chi Ming, Lenin y como Mao Tse Tung».

Inicialmente, la capilla ardiente iba a quedar cerrada hoy, cuando están convocados los funerales de Estado. El Gobierno venezolano ya había advertido de que, con el actual calendario de actos, no habría tiempo a que las decenas de miles de personas que hacen cola desde el miércoles por la noche en la Academia Militar de Caracas pudiesen acceder al recinto.

Maduro aclaró que este sepelio, al que acudirán más de 30 jefes de Estado y más de medio centenar de delegaciones internacionales, se iniciará a las once de la mañana (18:30 hora española) y no a las diez, como se había previsto.

Respecto al lugar donde se instalará la tumba del presidente Chávez, el vicepresidente indicó que «en un principio» los restos serán trasladados a «un lugar especial» en el Cuartel de la Montaña. Éste «va a ser su primer lugar de reposo», añadió. Maduro adelantó que la tumba definitiva quedará instalada dentro de un mausoleo que «se está terminando de construir» en el Museo de la Revolución.

El presidente de la unicameral Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, había manifestado la posibilidad de que Chávez reposara en el Panteón Nacional, junto a los restos del libertador Simón Bolívar. La posibilidad de tal honor está reservada para «venezolanos y venezolanas ilustres que hayan prestado servicios eminentes a la República después de transcurridos 25 años de su fallecimiento», se puede leer en la Carta Magna.

El funeral de Hugo Chávez tiene cierto aire de «reality show». Casi como si se tratara de una fina estrategia que persigue mostrar el dolor del pueblo más que la ausencia física de su líder, algo que viene prolongándose desde diciembre, la cúpula del chavismo superviviente ha ordenado que no se hagan fotos del cadáver. Por esa razón, siguen las especulaciones y los rumores. De cualquier manera, en internet se pueden encontrar cientos de vídeos de la caravana que llevó el cuerpo de Chávez a la capilla donde es velado, pero ninguna imagen de su rostro postrado.

Imágenes de desconsuelo, profundo dolor y de impotencia de no tener más entre ellos a su líder se pueden ver entre los seguidores que se acercan al féretro y observan por última vez la imagen de Chávez. Todo está permitido si de muestras de cariño y tristeza se trata, pero está terminantemente prohibido inmortalizar su cuerpo. Hay un importante cerco para que la imagen de Chávez sin vida no circule fuera de lo que es el recinto de la capilla ardiente de la Academia Militar. Allí sólo entran funcionarios, políticos, presidentes, representantes extranjeros, familiares y los miles de seguidores que van pasando lentamente para despedir a su presidente. Las imágenes que llegan del féretro no dejan ver su rostro. En todas, el vidrio tiene un reflejo que imposibilita ver los restos del caudillo bolivariano. No están permitidos los fotógrafos en el lugar y las imágenes son las que distribuye la oficina de prensa de la Presidencia venezolana.

A falta de instantáneas y con el acceso denegado, como muestra de la censura que la Prensa sufre en Venezuela, LA RAZÓN entrevistó a los chavistas que salían de la capilla ardiente. Joaine, una venezolana de avanzada edad que trabaja en las comunas, nos relataba su experiencia: «Uno a uno vamos pasando tras horas de interminable fila al inmenso salón. Desde lo alto de un pasillo de vidrieras, sólo la cámara oficial toma la escena, sin mostrar el rostro, para la retrasmisión ininterrumpida en cadena de televisión. Está absolutamente prohibido tomar fotografías del cuerpo». «Abierta la urna hasta la mitad de su cuerpo, se aprecia sobre su abdomen una banda roja que en letras bordadas con hilos dorados forman la palabra Milicia, un cuerpo de 120.000 civiles en armas que él formó», asegura.

¿Pero por qué no mostrar la imagen de Chávez en el féretro? Algunos aseguran que su rostro estaría deteriorado porque ya llevaría mucho tiempo muerto o porque la última foto con sus hijas no sería de la fecha en la que el chavismo la dató. Otros afirmaban que el Gobierno pretende alimentar el mito, crear una leyenda. Lo que sí parece claro es que Maduro piensa sacarle todo el rédito posible a la atención mediática que genera el funeral del comandante, unos fastos que, además, parecen orientados a la próxima campaña.