La amenaza yihadista
El Ejército iraquí prepara el asalto final a Tikrit
Recupera los suburbios de esta ciudad bajo control del Estado Islámico.
Tras una semana de amplia ofensiva para recuperar el control del norte de la estratégica provincia de Saladino, las tropas iraquíes junto con las milicias progubernamentales iniciaron ayer lo que parece ser el asalto final para liberar Tikrit, blanco principal de la campaña militar.
En las operaciones para expulsar a los yihadistas en la que fuera la cuna de Sadam Husein participaron fuerzas del Ejército, de la Policía y la Jefatura de Operaciones de Saladino, así como milicianos chiíes y tribales, que efectúan desde hace días sus ataques desde tres puntos de la ciudad. Las tropas comenzaron a entrar en Tikrit desde las zonas de Shishin, en el sur; Al Diyum, en el oeste; y el barrio de Al Qadesiya, en el norte, explicó una fuente militar de Bagdad. Esta operación a gran escala en la que participan más de 30.000 efectivos cuenta además con el apoyo de la aviación iraquí, mientras que otro grupo de las Fuerzas de Seguridad militares está desplegado en el este para impedir la huida de los combatientes del Estado Islámico. Para repeler el ataque de las tropas gubernamentales, los yihadistas habían diseminado explosivos en todos los caminos y accesos que conducen a Tikrit, además de en edificios gubernamentales y en las puertas de viviendas. También habían colocado varios coches bomba en las avenidas más importantes de la ciudad, para dificultar el avance de las fuerzas iraquíes. El significativo avance del lunes tras de la liberación de la vecina localidad de Al Alam, a 15 kilómetros de Tikrit, permitió al Ejército de Bagdad ganar posiciones hacia la capital de Saladino, en manos del grupo terrorista desde junio de 2014. Los yihadistas quemaron edificios y tiendas antes de huir de Al Alam, explicó ayer el alcalde de la localidad, Laith al Jubouri, que anunció que oficialmente «la ciudad está bajo el control total de las Fuerzas de Seguridad y los combatientes locales». Tras intensos combates con los yihadistas, el Ejército retomó además el control de las poblaciones cercanas de Albuhiazaa, Al Debsa y Al Ali. Las fuerzas iraquíes dijeron también que habían «liberado en su totalidad» la ciudad y el distrito de Garma, a 10 kilómetros al este de Faluya. Las tropas iraquíes se dirigen ahora a la ciudad de Faluya, en el corazón de la provincia de Al Anbar y a unos 60 kilómetros al oeste de Bagdad.
La batalla de Tikrit es una prueba importante para las fuerzas iraquíes, que esperan avanzar hacia Mosul, la segunda ciudad de Irak y principal feudo de los radicales. La aviación del Ejército iraquí lanzó ayer miles de panfletos sobre Mosul para informar a sus habitantes de que está próxima la liberación de la capital económica del control del EI. El jefe del Comité de Seguridad de Mosul, Mohamed al Bayati, explicó que en las octavillas se advierte a la gente de que se aleje de los cuarteles y sedes del Estado Islámico. El Ejército iraquí instó también a los habitantes de la estratégica ciudad iraquí a no colaborar de ninguna manera con el grupo yihadistas y prometió que las Fuerzas Armadas que luchan para recuperar el territorio no atacarán a los civiles cuando entren en la ciudad.
Por su parte, el jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general Martin Dempsey, mostró esta semana en Bagdad su respaldo a la guerra contra el Estado Islámico y precisó que esta batalla la debe librar sólo Irak y su país sólo puede prestar apoyo, en alusión a la coalición internacional liderada por Washington que bombardea las posiciones de los yihadistas.
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