Política

Crisis en Egipto

El Ejército se lanza a la caza de los Hermanos Musulmanes

La Policía egipcia detiene a la cúpula del partido derrocado por «incitar a la violencia». Los islamistas de Mursi y sus aliados llaman hoy a protestar en el «viernes de la ira»

Seguidores de Mursi protestan, ayer, en una plaza de El Cairo por el derrocamiento de su líder
Seguidores de Mursi protestan, ayer, en una plaza de El Cairo por el derrocamiento de su líderlarazon

Menos de 24 horas después de que el presidente Mohamed Mursi fuera depuesto por los militares, Egipto tiene un nuevo presidente interino, Adly Mansur, que juró su cargo ayer por la mañana, cuando aún el país dormía después de una noche de largas celebraciones. Tras tomar posesión como jefe de Estado, tal y como marca la hoja de ruta diseñada por los militares y respaldada por las demás fuerzas políticas, Mansur aseguró que los Hermanos Musulmanes no serán excluidos de la «construcción de Egipto», porque ellos también forman parte del país, y serán bienvenidos si aceptan la invitación. También el principal bloque de partidos opositores, el Frente de Salvación Nacional, declaró en un comunicado que no se marginarán a los islamistas de la vida política y que éstos deben tener plena libertad de expresión. Pero esas promesas y buenas intenciones no coincidían con la actuación de las Fuerzas de Seguridad y la Magistratura, que ayer abría rápidamente varios procesos judiciales en contra de los islamistas, incluido el presidente recién derrocado.

Ayer fue emitida una orden para prohibir la salida del país a Mursi así como a otros ocho dirigentes destacados de su grupo islamista y se abrió una investigación por las acusaciones de haber insultado al poder judicial, según informó la agencia estatal de noticias MENA. Un juez designado por el Ministerio de Justicia interrogará a los acusados el próximo lunes por insultar al poder judicial y a sus miembros, mientras que se podría abrir otro caso contra Mursi por haber huido de la cárcel durante la revolución de 2011, cuando todos los dirigentes de la Hermandad fueron encarcelados por el régimen del ex presidente Hosni Mubarak, para evitar que se sumaran a la revuelta popular.

La historia se repite ahora y los islamistas vuelven a ser las víctimas de la persecución, después de haber ascendido al poder y caído en desgracia en tan sólo dos años y medio. Uno de los principales líderes del grupo y presidente del Parlamento (disuelto en verano del año pasado), Saad al Katatni, fue arrestado en su casa, tal y como confirmaba su propio hijo. Éste emitía un comunicado a través de la página oficial del partido Libertad y Justicia, que Katatni dirige, asegurando que el arresto de su padre marca «el inicio de una oscura época de represión».

Poco tiempo después de que los militares apartaran a Mursi del poder, las Fuerzas de Seguridad irrumpían en los estudios de varias cadenas de televisión de afiliación islamista, incluido el canal de los Hermandos Musulmanes, Misr 25, e interrumpían la emisión, arrestando a todo el personal. La cadena de televisión Al Yazira en Egipto, conocida por su apoyo incondicional al Gobierno islamista, también era asaltada y su señal, cortada.

Pocos representantes de la Hermandad estaban ayer disponibles para confirmar o desmentir las informaciones sobre los mandatos de arresto y captura contra unas 300 figuras del grupo, tal y como circulaba en la prensa local. Anoche, la televisión estatal confirmaba la detención del guía supremo de los Hermanos, Mohamed Badie, en la ciudad de Marsa Matruh, en la costa mediterránea al norte de Egipto. El «murshid» (guía) es acusado de instigar al asesinato de manifestantes anti Mursi, que sigue en paradero desconocido, aunque se cree que está retenido por los militares, pero no habría sido llevado a prisión tal y como se rumoreaba. Sigue sin haber rastro del vicepresidente y «cerebro» del grupo, Jairat al Shater, contra el cual la Fiscalía también emitió una orden de arresto por los mismos cargos que se le imputan a Badie. Ambos eran considerados los hombres que dictaban la política de Mursi, simple marioneta del grupo islamista.

Mohamed al Beltagui fue uno de las pocas voces que salió al descubierto para advertir de que el golpe de Estado podría «llevar a algunos grupos a retomar la idea de un cambio (propiciado) por la fuerza». El destacado miembro del partido Libertad y Justicia dijo que los hermanos han vivido en prisión durante años y que eso no constituye un problema. Beltagui acudió a la acampada de la plaza Rabaa al Adawiya de El Cairo, donde los seguidores de Mursi siguen atrincherados y no parecen dispuestos a marcharse: los fieles al islamista están reforzando sus posiciones, mientras los militares siguen asegurando la zona para evitar posible choques violentos con grupos opositores. La Coalición Nacional por la Legitimidad, compuesta por los Hermanos y algunos partidos islamistas radicales, declaró ayer en rueda de prensa que seguirá apoyando al presidente elegido democráticamente y convocó manifestaciones hoy, «viernes de la ira», para rechazar el golpe de Estado.

Por su parte, los manifestantes opositores desalojaron ayer las calles, después de haber conseguido su objetivo, y rechazaban hablar de golpe de Estado. Los cazas militares sobrevolaban la emblemática plaza Tahrir y dibujaban en el cielo banderas egipcias y corazones con sus estelas, simbolizando la alianza entre la plaza y los generales.

El puzle egipcio

PRESIDENCIA INTERINA

- Adly Mansur abajaba como juez de la Corte Constitucional desde la época del ex presidente Mubarak, siendo uno de sus miembros más veteranos con 67 años. Asumió la dirección de la institución el mes pasado, designado por Mursi. Los miembros de la judicatura suelen ser fieles al ex dictador y contrarios a los islamistas, pero Adly Mansur no destacó por ser combativo contra los religiosos y es visto como una figura independiente y neutral. Ahora debe reunir apoyo para llevar a buen término unas elecciones en un delicadísimo proceso que de fracasar hundiría definitivamente al país.

EL EJÉRCITO

- Guiado por ministro de Defensa, el general Abdelfatah al Sisi, es el gran protagonista del golpe. No pretende intervenir en la negociación política, sólo quiere «que se cumplan las demandas del pueblo», pero debe garantizar el orden y cumplir la hoja de ruta en la que se juega su prestigio.

LOS MOVIMIENTOS SOCIALES

- Tamarrud (Rebélate) llevaba tiempo pidiendo la caída de Mursi y el Ejército ha contado con ellos para establecer el futuro de Egipto. Ayer invitaron a las juventudes islamistas a «unirse al pueblo y no seguir llamamientos a la violencia o el terrorismo».

LA OPOSICIÓN

- El Frente 30 de Junio eligió a Mohamed El Baradei como el negociador de las fuerzas opositoras, divididas y con escaso apoyo popular hasta ahora. Es independiente de los militares, y puede ser una figura importante para legitimar las elecciones.