Corrupción política

Fujimori pide perdón a Perú por los crímenes cometidos

El presidente Kuzcynski justifica el indulto en la necesidad de «pasar página» en medio de disturbios protagonizados por las víctimas.

El expresidente peruano Fujimori, en una imagen de archivo
El expresidente peruano Fujimori, en una imagen de archivolarazon

El presidente Kuzcynski justifica el indulto en la necesidad de «pasar página» en medio de disturbios protagonizados por las víctimas.

El presidente peruano, Pedro Pablo Kuzcynski, reescribe la historia de su país en una semana en la que ha pasado de estar al borde de la destitución a liberar a Alberto Fujimori, el hombre más odiado y amado de su del país. Un torbellino político que ha sacudido a la opinión pública en plenas fiestas navideñas y que promete pasar factura a un presidente acorralado por el escándalo Odebrecht. «Estoy convencido de que quienes nos sentimos demócratas no debemos permitir que Alberto Fujimori muera en prisión porque la Justicia no es venganza», aseguró Kuzcynksi. Una opinión celebrada por los miembros de Fuerza Popular, partido que lidera la hija del ex presidente y que el pasado jueves dividió su voto para frenar el «impeachment» contra el mandatario. Una apuesta que pocos entendieron en su momento y que ahora se achaca a este indulto que llegó en plena cena de Nochebuena.

No lo tenía fácil Kuzcynski para justificar la libertad otorgada a un ex mandatario al que además atacó duramente durante la campaña presidencial que le enfrentó en 2016 a Keiko Fujimori. De hecho, una de sus promesas fue precisamente no liberarlo. Ahora, en su mensaje a la Prensa, explicó su controvertida decisión: «Se asienta en razones humanitarias», y añadió: «A todos nos es evidente que su Gobierno incurrió en transgresiones significativas a la ley, al respeto por la democracia y los derechos humanos. Pero también contribuyó al progreso nacional. Se trata de la salud y las posibilidades de vida de un expresidente del Perú que habiendo cometido excesos fue sentenciado y ha cumplido ya doce años de condena».

La decisión ha sido tan celebrada como criticada y en pleno día de Navidad, más de 5.000 personas dejaron los festejos a un lado para congregarse en la plaza San Martín de Lima, armados con pancartas y entonando cánticos de «asesino y ladrón» contra Fujimori. Entre los presentes había familiares de las víctimas del régimen fujimorista, así como miembros del izquierdista partido Nuevo Perú, que aupó a Kuzcynski a la presidencia. Su líder, Verónika Mendoza, ha acusado al presidente de «traición a la patria» y «abuso de poder».

Cerca de 500 manifestantes consiguieron llegar a la esquina del palacio presidencial, donde se refugiaba Kuzcynski, y la Policía cargó violentamente contra ellos dejando varios heridos afectados por los golpes de porra y los gases lacrimógenos. Al mismo tiempo se realizaron varias manifestaciones en otras ciudades del país aunque afortunadamente sin disturbios ni represión policial.

Por otro lado, desde la cama de su habitación en la Unidad de Cuidados Intensivos de la clínica Centenario –de donde salió pocas horas después–, Alberto Fujimori pronunció sus primeras palabras tras conocerse el indulto: «Soy consciente de que los resultados durante mi Gobierno de una parte fueron bien recibidos. Pero reconozco por otro lado que he defraudado también a otros compatriotas. A ellos les pido perdón de todo corazón». También aprovechó la ocasión para agradecer al presidente peruano «la difícil decisión» que tomó al aprobar su indulto y el perdón de todas sus penas y de los procesos que aún tenía en curso.

Fujimori debía permanecer en prisión hasta 2032 tras la condena de 25 años que recibió por la matanza de Barrios Altos, en 1991, que dejó quince muertos, y la de la Universidad La Cantuta, en 1992, con diez muertos; así como por el secuestro del periodista Gustavo Gorriti y el del empresario Dyer en 1992. Mucho ha llovido desde entonces y Kuzcynski alega que el indulto era necesario para «pasar página» y que su decisión había sido «de conciencia, la cual someto respetuosamente al tribunal de la historia». Esa historia que se está reescribiendo y de la que Fujimori quiere ser parte: «Mi profunda gratitud por el paso complejo que ha tomado el presidente y me compromete a apoyar decididamente su llamado a la reconciliación. Porque para los peruanos, el Perú está primero».

Nadie sabe lo que deparará el futuro tras una semana en la que todo ha cambiado. Fue el antifujimorismo el que hizo presidente a Kuzcynski y el que le ayudó a mantenerlo hace seis días. A partir de ahora, el presidente ya no podrá apoyarse en él y tendrá que buscar como aliados a los Fujimori si quiere aguantar los dos años y medio de mandato que le quedan.