Estados Unidos

El FBI da un respiro a Clinton tras exonerarla por el escándalo de los correos

La candidata demócrata intenta movilizar el voto hispano, mientras Trump lanza una ofensiva en los feudos de su rival en la recta final

Clinton, a su llegada a Filadelfia (Pensilvania), donde la demócrata va a la cabeza en las encuestas
Clinton, a su llegada a Filadelfia (Pensilvania), donde la demócrata va a la cabeza en las encuestaslarazon

La candidata demócrata intenta movilizar el voto hispano, mientras Trump lanza una ofensiva en los feudos de su rival en la recta final

El FBI volvió a protagonizar ayer la campaña electoral en Estados Unidos tras anunciar que vuelve a cerrar el caso de los correos electrónicos de Hillary Clinton. Su director, James Comey, informó al Congreso de que su decisión de no procesar a la candidata demócrata a la Casa Blanca no ha cambiado tras revisar nuevos «e-mails» en el ordenador de una de sus ayudantes. El congresista de Utah Jason Chaffetz, presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, escribió en su cuenta de Twitter que en una carta al Congreso Comey expresó que, «basados en nuestra revisión, no hemos cambiado las conclusiones alcanzadas en julio sobre la secretaria Clinton».

En la misiva, Comey informa a varios congresistas de que han trabajado sin descanso para examinar lo antes posible todos los correos electrónicos del ordenador, perteneciente al marido de una de las ayudantes de más confianza de Clinton, Huma Abedin. «En el proceso revisamos todos los correos electrónicos dirigidos o recibidos por Clinton», aseguró Comey, que fue criticado por dar munición a la campaña del candidato republicano, Donald Trump, que logró dar la vuelta a unos sondeos que hasta entonces le eran desfavorables. Habrá que esperar a la noche de mañana para saber si la torpe actuación del FBI frustra las esperanzas de Clinton de llegar a la Casa Blanca.

A un día de las elecciones, todas las encuestas dan a la ex secretaria de Estado una victoria por la mínima, por lo que la campaña de Trump lucha por arañar el mayor número de votos posible a la demócrata. En realidad, a los estadounidenses que todavía no han decidido su voto no les gusta ninguno de los dos candidatos. Así que cuando finalmente depositen la papeleta en la urna lo harán con la nariz tapada. Pero la clave es ¿por quién se decantarán? «Ninguno de los dos debería ser presidente, pero creo que finalmente me decidiré por Hillary», reconoce Ayana McAllister desde Carolina del Norte. Ella forma parte de ese 15% de estadounidenses que aún no lo tiene claro.

Por eso, los dos candidatos se embarcaron ayer en una maratón de mítines por todo el mapa del país para conseguir apoyo. Clinton sabe que necesita movilizar al votante hispano, que parece hastiado del proceso electoral y poco emocionado con la demócrata. Sin ellos, Hillary no tiene nada que hacer. Por su parte, Trump, con las encuestas bien estudiadas, apuró su campaña en estados demócratas donde podría arrebatarle a su rival votos clave. La ex jefa de la diplomacia estuvo en Pensilvania, Ohio y Nuevo Hampshire. En Cleveland, la segunda ciudad con más población de Ohio, Clinton hizo campaña con el famoso jugador de baloncesto LeBron James, deportista que también ha ayudado a Clinton en Florida. Como acompañante en Manchester (Nuevo Hampshire), la demócrata tuvo al padre de un soldado caído en Irak Khizr Kahn, que intervino en la convención demócrata de Filadelfia. Su participación arrastró una acalorada polémica después de las críticas de Trump a su esposa por no pronunciar palabra durante el discurso de su marido.

La caravana Trump recorrió cinco estados. El magnate atracó en Minesota, bastión históricamente demócrata, donde en esta ocasión Clinton lleva ventaja, pero no es un Estado que cuente 100% en su haber. En su itinerario, el conservador incluyó Michigan y Pensilvania, que en los últimos días las encuestas otorgan a la ex primera dama con una tibia ventaja. El empresario sabe que la castigada población de clase trabajadora podría dar una sorpresa a los estrategas demócratas.

«Hillary Clinton tiene a todas estas celebridades y políticos fracasados que hacen campaña por ella. Yo me tengo a mí, y a mi familia», indicó Trump en Carolina del Norte, un estado que necesita Clinton para llegar al Despacho Oval. Allí se ha pasado el presidente Barack Obama prácticamente toda la semana en actos en las zonas urbanas, donde reside la oportunidad del Partido Demócrata para hacerse con el estado. Después, ambos estarán en Filadelfia (Pensilvania), donde cerrarán la campaña.

Es precisamente en los estados clave donde los indecisos tienen en sus manos las llaves de la Casa Blanca. La clave está en Florida, Nuevo Hampshire y Carolina del Norte. Entre los estados tradicionalmente llamados péndulo donde hay más votantes que todavía no han decidido, se encuentran Maine, Michigan, Colorado, Iowa y Nuevo Hampshire. Hasta allí se han desplazado en diferentes ocasiones en los últimos días los candidatos y sus «ayudantes» de campaña. Todos tienen en común su gran número de votantes blancos, entre los que sobre todo los de clase media están especialmente divididos.

Clinton no va a dar por perdido ni un solo voto. Después de la ajetreada jornada de ayer, hoy stará en Michigan junto con el presidente Barack Obama. Mientras, su candidato a vicepresidente, Tim Kaine, ha hecho campaña en los últimos días en los estados donde destaca la población hispana. Parte de la estrategia de la demócrata se basa precisamente en hacerse con el apoyo de esta minoría, que de momento le ha respondido en el voto por anticipado. Muy pendiente se está de la respuesta hispana en Florida, donde Clinton ha visitado sobre todo los barrios con población mayoritaria del Caribe.