Elecciones en Italia
El Gobierno cree que la prima se controlará
Pese a la preocupación, considera que la «sangre no llegará al río» y sigue descartando el rescate
Evidentemente que los resultados en Italia, el peor de los escenarios previstos, han generado preocupación y han despertado los nervios en el equipo económico del Gobierno. Pero aun así, en el Ejecutivo se sigue descartando la posibilidad de que sea necesario pedir la ayuda al Banco Central Europeo (BCE).
Evidentemente que los resultados en Italia, el peor de los escenarios previstos, han generado preocupación y han despertado los nervios en el equipo económico del Gobierno. Pero aun así, en el Ejecutivo se sigue descartando la posibilidad de que sea necesario pedir la ayuda al Banco Central Europeo (BCE). Creen que la prima de riesgo está sufriendo los efectos de la conmoción italiana porque los mercados no habían descontado el éxito del ex primer ministro Silvio Berlusconi. Pero también piensan que «la sangre no llegará al río» en lo que afecta a la prima de riesgo y confían en que, al final, Italia encuentre alguna solución para su laberinto, aunque sea tan sólo un parche. Ahora bien, en el Gobierno no sólo están pendientes de la resaca de los comicios italianos en el euro y, en consecuencia, en el Ibex y en nuestra deuda soberana. De los resultados hacen otra lectura en clave más política: la de que los italianos han votado también contra Alemania, contra Bruselas, contra los tecnócratas y contra la máxima de la austeridad. En su primer año de legislatura el Gobierno de Rajoy se ha visto sin más margen para gestionar los graves problemas recibidos de la etapa socialista que el de someterse al dictamen de Bruselas en sus políticas y en sus ajustes. De hecho, todo su discurso de los últimos meses se ha sostenido en la idea de que había que cumplir con los compromisos adoptados y recuperar la confianza de mercados e inversores, y que para ello hacía falta la bendición de Bruselas. En el Debate del Estado de la Nación, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, marcó una línea de ruptura al solemnizar ante el Plenario que el Ejecutivo entendía que había llegado el momento de empezar a moverse. Y, sin hacer dejación en sus obligaciones con la austeridad, comenzar a poner en marcha políticas de estímulo. En suma, que el déficit seguía siendo determinante, pero ya no la única prioridad. Dicen en el Gobierno que las elecciones italianas dejan una lección clara: que, además de hacer economía, hay que hacer política. «Y que los ciudadanos reivindican su derecho a decidir por encima de los mandatos de los tecnócratas o funcionarios comunitarios. Los resultados italianos ponen en valor la importancia de la estabilidad y de que en España haya un Gobierno con mayoría absoluta», sostienen. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, valoró ayer el terremoto italiano señalando la «extraordinaria preocupación» que existe en el Gobierno por la respuesta de los mercados a las elecciones. Sus resultados son «un salto hacia ninguna parte que no augura consecuencias buenas», precisó. El ministro reconoció que ese resultado afecta a la estabilidad de la eurozona y, por tanto, a todos. «Y creo que todos debemos reflexionar sobre lo que está ocurriendo en un momento en el que los partidos tradicionales no parecemos ser capaces de satisfacer las necesidades», añadió durante su participación en un desayuno informativo junto con su homólogo portugués, Paulo Portas, informa Efe.
Los italianos residentes en nuestro país prefieren a Monti
El mensaje populista no ha calado por igual en los italianos residentes en España. En el Senado, el ganador es el líder del PD, Pier Luigi Bersani, seguido de Mario Monti, mientras que en el Congreso, Monti es el gran vencedor. «Tiene una reputación a nivel internacional y lo cierto es que los italianos en el exterior no han vivido en sus carnes lo que ha supuesto el Gobierno de Monti», explica Andrea Del Lungo, que lleva una década en España. «Ha saneado el país, pero a costa de la clase media, con un gran aumento de los impuestos, mientras que no ha tocado a las clases privilegiadas», añade. Los resultados electorales llaman mucho la atención a los «expatriados». Sobre todo, el resurgimiento de Silvio Berlusconi, cuarta fuerza más votada aquí, que es tachado de «vergüenza». Para Natale Genovese, que divide su vida entre Toledo y Nápoles, «Il Cavaliere» es como «un vendedor de productos de televisión que ha vendido la promesa de la devolución del IMU (el IBI español) y la gente le ha creído sin importarle de dónde lo va a sacar». Genovese entiende, sin embargo, que se vote por Beppe Grillo, que en España ha quedado tercero. Mario Silvi votó por él. «Es un inconformista. Es una forma de protestar, de decir que los políticos no se salgan con la suya y demostrar que el derecho de voto lo tenemos para poder no votar siempre a los mismos», señala Silvi. Lo que no han logrado los partidos es que muchos italianos les votaran en España. De los 86.932 llamados a las urnas, sólo lo hizo un 24,54%, informa Esther S. Sieteiglesias.
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