Política

Elecciones en Túnez

El heredero de Burghiba

La Razón
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EL CAIRO- El nuevo presidente de Túnez, Beji Qaid Essebsi, de 88 años de edad, representa aquello que muchos jóvenes rechazaron en las calles tunecinas en la Revuelta de los Jazmines hace cuatro años. Anciano y con lazos con el régimen del ex presidente Zin Al Abidin Ben Ali, ha sido elegido para devolver la estabilidad a Túnez y guiar el país hacia la democracia.

Abogado y político de carrera, prefiere definirse como un tecnócrata y él mismo aseguró que eso es precisamente lo que Túnez necesita en estos momentos, en los que urgen profundas reformas económicas y también un nuevo impulso de las instituciones políticas. Essebsi fue ministro en varias ocasiones y en varias carteras (Interior, Defensa y Exteriores) bajo el mandato del primer presidente de Túnez tras la independencia de Francia, Habib Burghiba, que lideró el país entre 1957 y 1987. En los ochenta y noventa también ocupó cargos de embajador y se considera uno de los artífices de la política exterior tunecina de esa época. Essebsi fue miembro y portavoz del Parlamento en los primeros años del Gobierno de Ben Ali, que accedió al poder tras Burghiba, y fue forzado a abandonarlo en 2011.

Tras la revuelta y después de haber estado ausente de la política durante casi veinte años, Essebsi regresó y se reinventó a sí mismo, distanciándose del régimen de Ben Ali. Fue nombrado primer ministro interino en 2011 y, tras hacerse un hueco en la escena postrevolucionaria, el veterano político decidió fundar su propio partido, Nida Tunis (la llamada de Túnez), de tendencia laica y centrista, que ha cosechado hasta el momento varios éxitos. Entre ellos, el acuerdo para formar un Ejecutivo de unidad nacional con el entonces partido gobernante Ennahda, convenciendo a los islamistas para que cedieran el poder y salir así de la crisis provocada por el asesinato de dos destacados políticos izquierdistas a manos de radicales en 2013.

Essebsi ha asegurado recientemente que la edad es un «estado mental», en respuesta a las críticas de aquellos que dicen que es demasiado mayor para dirigir Túnez, y ha prometido que el país norteafricano no volverá al pasado bajo su mando.