Atentado en Londres
El hermetismo de la Policía británica perjudica la lucha contra el yihadismo
Scotland Yard emite un comunicado y pide disculpas por la demora
Scotland Yard emite un comunicado y pide disculpas por la demora.
La comunicación inmediata entre las policías occidentales que combaten el yihadismo de las identidades de terroristas muertos o detenidos resulta vital ya que esos individuos pueden tener conexiones en otros países.
Lo ocurrido tras los atentados perpetrados en Londres el pasado sábado ha causado la perplejidad de la opinión pública y la preocupación de expertos antiterroristas que, aún así, no quieren criticar abiertamente a sus colegas británicos. Lo achacan al «tradicional hermetismo» de sus métodos.
La situación de lógica indignación en muchos sectores de la sociedad europea ha llegado hasta tal punto que la Policía Metropolitana de Londres tuvo que emitir un comunicado en el que se justificaba en que las peticiones de información sobre la identificación de las víctimas habían sido numerosas. «Identificar un gran número de bajas en un caso grave es un proceso complejo y desafiante», aunque, aseguran, han tratado de hacerlo «lo más rápido posible».
El hermetismo de la Policía británica es conocido por los cuerpos de seguridad de otros paises europeos y el hecho de que el Brexit esté en marcha, con la consiguiente salida del Reino Unido de la Unión Europea, puede acrecentar esta circunstancia.
A este respecto, expertos consultados por LA RAZÓN subrayan que en en estos casos la colaboración en tiempo real es preferible a la dilatación de la comunicación de los datos que se poseen.
Especialmente llamativo es el hecho de que la identificación del tercer terrorista, el italo marroquí Youssef Zaghba, de 22 años, no se produjera hasta el martes (los atentados habían sido el sábado y los yihadistas estaban muertos y sus huellas y ADN a disposición de los especialistas). Entonces, se supo que este individuo había sido detenido en Italia cuando se dirigía a Siria vía Turquía y que había expresado su voluntad de convertirse en «terrorista». La policía trasalpina, al enviar a Zaghba a Inglaterra, advirtió de su peligrosidad. Además. el cabecilla de la célula yihadista, Khuram Butt, de 27 años, nacido en Pakistán, era un viejo conocido de la Policía británica que sabía de sus actividades yihadistas. Incluso, había sido filmado por una cadena de televisión británica en un enfrentamiento con agentes.
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