Internacional
El Kurdistán cede a la presión y anula la independencia
La región ha perdido el 50% de sus ingresos tras la ofensiva de Bagdad.
La región ha perdido el 50% de sus ingresos tras la ofensiva de Bagdad.
Desde que se celebró el referéndum de independencia, hace exactamente un mes, el Kurdistán iraquí ha sido acorralado por sanciones económicas, aislamiento internacional y presiones políticas y militares de Bagdad. El Gobierno central ha apretado tanto que al presidente kurdo, Masud Barzani, no le que han quedado más opciones que dar marcha atrás al proceso separatista. Con las operaciones militares orquestadas por Bagdad para recuperar el control de los yacimientos de petróleo en la zona, puestos de control fronterizos y aeropuertos internacionales, la región autónoma del Kurdistán iraquí ha perdido el 50% de sus ingresos, la mayoría procedentes de las reservas de crudo.
«Cómo el referéndum ha sido anulado no creo que hayan más razones para que siga aumentando la violencia», explica Shuaib en una conversación telefónica con LA RAZÓN. Este vecino de Kirkuk ha huido con su familia a Erbil, después de que las temidas Unidades de Movilización Popular (UMP), respaldadas por Irán, hayan estado hostigando a la población kurda en esta urbe disputada entre iraquíes y kurdos. «La verdad es que es muy triste que todo haya acabado así, de esta manera tan 650violenta. Ni los iraquíes ni los kurdos estamos preparados para la democracia», lamenta Shuaib.
En menos de un mes el Kurdistán ha perdido todos los logros conseguidos tras décadas de derramamiento de sangre. La violencia sectaria y las escaramuzas registradas entre las milicias «peshmerga» y las Hashd Al Shaabi (nombre en árabe de las UMP) ha obligado a más de 160.000 personas a huir de sus hogares en las localidades de Kirkuk, Janaqin, Jurmato, Zumar y Rabea, según denunció a través de un comunicado el Ministerio del Interior de la región autónoma del Kurdistán iraquí.
Barzani, que dejará la presidencia en noviembre, anunció su decisión de «congelar» los resultados del referéndum de independencia, a pesar de que ganó el «sí» con el 92%. El mandatario kurdo ofreció de nuevo diálogo a Bagdad, pero los últimos acontecimientos no muestran, precisamente, una disposición de querer negociar por parte del Gobierno del primer ministro iraquí, Haider Al Abadi. Barzani ha propuesto a Irak tres medidas para «cumplir con sus responsabilidades y obligaciones con el pueblo kurdo e iraquí». La primera, un alto al fuego inmediato en todas las zonas en disputa en la actualidad; la segunda, congelar los resultados del referéndum separatista y, por último, empezar conversaciones abiertas entre el Gobierno regional kurdo y el Gobierno iraquí.
Sin embargo, el movimiento de tropas iraquíes en el paso fronterizo de Pesh Khabur, por donde pasa el principal oleoducto kurdo, ha alertado a las autoridades kurdas. El control de la zona fronteriza permitiría a Irak evitar que los kurdos exporten petróleo sin permiso, lo que acabaría con cualquier esperanza de independencia económica. La repentina decisión de Barzani llegó de la mano de la visita del secretario de Estado, Rex Tillerson, a Bagdad para instar al dialogo a ambas partes.
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