Terrorismo yihadista
El manual del español de Al Qaeda
Setmarian, de nacionalidad siria y española, es el principal ideólogo de la banda. Marca como objetivos prioritarios los intereses americanos y judíos, como ocurrió en Bruselas
Setmarian, de nacionalidad siria y española, es el principal ideólogo de la banda. Marca como objetivos prioritarios los intereses americanos y judíos, como ocurrió en Bruselas
Mustafa Setmarian, alias «Abu Musad Al Suri», de cuyo paradero no se tienen noticias ciertas, pero que fuentes antiterroristas consultadas por LA RAZÓN dan como seguro que se encuentra en libertad y se ha reincorporado a la cúpula de Al Qaeda Central (AQC) como «gran ideólogo», constituye uno de los grandes peligros del terrorismo yihadista para Occidente. Se trata de un individuo que tiene la doble nacionalidad siria y española, al que las Fuerzas de Seguridad imputan haber alentado multitud de atentados y que ahora podría dar un nuevo impulso al terrorismo islamista. El reciente atentado contra el Museo Judío en Bruselas se puede relacionar con la vuelta «al poder» de Setmarian. Las citadas fuentes recuerdan el contenido de uno de los manuales, muy extenso (miles de páginas), en el que Al Suri marcaba la estrategia a seguir. Todo lo que tiene que ver con Israel y el sionismo es objetivo preferente de los terroristas: «La dimensión económica de la ocupación estadounidense de nuestros países es una de las dimensiones más importantes de esta ocupación, de los cruzados [cristianos] y invasión judía (...) por su creencia en sus mitos y las fábulas de sus libros religiosos falsos». «El enemigo, –agregaba– y la gente de los países del enemigo deben saber que han encendido una perversa guerra por culpa de los cruzados y los sionistas». A este respecto, señalaba como objetivos a las «personalidades de los medios y los centros de los medios de comunicación que hacen la guerra contra los musulmanes y justifican los ataques contra ellos». «El objetivo de las operaciones de la Resistencia y los miembros de la Yihad es infligir el mayor número de pérdidas humanas y materiales como sea posible a los intereses de EE UU y sus aliados, para que se sientan que la Resistencia ha transformado en un fenómeno de levantamiento popular en contra de ellos, a causa de su hostilidad que se extiende» por todo el mundo, agregaba. Setmarian reconocía en su manual que, gracias a la lucha que EE UU despliega contra AQC y sus organizaciones afines, han pasado a la historia los tiempos en que podían entrenar a sus terroristas en campos militares abiertos, por lo que la estrategia actual pasa por el «adiestramiento secreto en los hogares». «Este método es fundamental en la preparación de todas las organizaciones secretas y los guerreros en todo el mundo. Aunque este método sólo permite la formación en armas ligeras y personales, permite algunas lecciones sobre cómo usar explosivos y armas en las primeras etapas de la guerra de guerrillas; y está comprobado que es eficaz».
Uno de los aspectos que Al Suri daba gran importancia era el de la propaganda y el de la formación de islamistas a través de internet. Para ello, promovía la creación de células muy pequeñas, integradas al máximo por tres individuos, con una fuerte «calificación jurídica, política e ideológica». «Su misión –añade– es la de difundir el Llamado a la Resistencia y para transmitir su literatura, investigaciones, estudios, metodologías, a través de medios encubiertos de difusión han de ser cuidadosos al difundir estos materiales y adaptarlos a la situación de cada lugar y país». Entre los objetivos, figuraban todo lo relativo a EE UU y sus aliados: «Centros de la actividad misionera y cristianización; todas las clases de presencia económica de EE UU o sus aliados». Además de promover los ataques a instalaciones petrolíferas, Al Suri proponía el bloqueo de las rutas marítimas mediante el ataque a los estrechos de Ormuz y Gibraltar; y el Canal de Suez en Egipto. «La mayor parte de la economía del mundo occidental pasa a través de estos lugares. También pasan a través de ellos las flotas militares, portaaviones y los misiles mortales que golpean a nuestras mujeres y niños. Es necesario cerrar estos pasajes con minas y hundimiento de barcos; las operaciones de martirio y por el poder de las armas».
Finalmente, Setmarian incluye un capítulo dedicado a los medios de comunicación por atacar, según él, las doctrinas del islam y lo hacen «sin miedo ni vergüenza. Han sido arrogantes hacia la religión de Dios y la adoración de la Muyahidin (soldado musulmán). Ellos operan bajo el velo y la cubierta de la 'campaña internacional contra el terror', como ellos lo llaman descubriendo su odio escondido por Dios, la religión y sus seguidores».
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