Portugal

El milagro luso, bajo la sombra del fracaso de Tsipras

Órdago de los socialistas a la UE: prometen subir pensiones y salarios y bajar el IVA

Passos Coelho durante el debate de la moción de rechazo a su Gobierno presentada ayer en el Parlamento luso
Passos Coelho durante el debate de la moción de rechazo a su Gobierno presentada ayer en el Parlamento lusolarazon

Órdago de los socialistas portugueses a la Unión Europea tras sacar adelante la moción que ha derribado al Gobierno conservador: prometen subir pensiones y salarios y bajar el IVA

Fue anunciado como un acuerdo de mínimos para blindar las pensiones y asegurar unas condiciones laborales dignas. Sin embargo, el pacto entre las tres formaciones de izquierdas portuguesas ha costado semanas de negociaciones y se ha traducido en medidas económicas muy concretas. A petición del Partido Comunista, el líder de los socialistas lusos, António Costa, tuvo que alcanzar tres acuerdos diferentes –con el Bloque de Izquierda, los comunistas y Los Verdes, unidos a los últimos en coalición– para sacar adelante una alternativa a los conservadores.

En los tres acuerdos, publicados oficialmente ayer, hay varios puntos en común. En primer lugar, los socialistas se comprometen a volver a actualizar las pensiones, a restituir cuatro días festivos perdidos en la pasada legislatura, a reducir el IVA de la restauración del 23% al 13% y a no admitir ninguna nueva privatización de los servicios públicos. También se contempla la posibilidad de que el Estado vuelva a hacerse cargo de algunos servicios que ya han pasado a manos privadas. Las cuatro fuerzas defienden la función social del Estado y se fijan como objetivo «pasar página de las políticas de empobrecimiento» de los conservadores.

El salario mínimo, que ha sido el principal obstáculo en las negociaciones entre los socialistas y el Partido Comunista, será aumentado gradualmente durante la próxima legislatura de los 505 actuales hasta los 600 euros. La rebaja del IVA de la factura de la luz del 23% al 6%, propuesta estrella con la que el Bloque de Izquierda se presentó a las negociaciones, no salió finalmente adelante, aunque los «bloquistas» lograron que Costa se comprometiera a aplicar dicha reducción al medio millón de familias con bajos recursos.

Antes del anuncio de estas medidas, entre las que también se encuentran el encarecimiento de los despidos y un mayor poder de los sindicatos en las negociaciones laborales, cien empresarios portugeses denunciaron en una carta publicada el pasado jueves «la incertidumbre política» y el riesgo para la economía del país que podría generar un Gobierno de izquierdas.

Aunque durante la pasada legislatura Passos Coelho no logró alcanzar todos los objetivos exigidos por Bruselas, el primer ministro se ganó el apodo de «mejor alumno de la troika» entre la izquierda portuguesa, que fue especialmente dura con sus medidas de austeridad. El precio que pagó el país por salir airoso del rescate no fue barato. En los últimos cuatro años, cerca de medio millón de portugueses han emigrado en busca de oportunidades laborales y la pobreza alcanza el 25%. No obstante, aunque el desempleo se encuentra en el 12%, la cifra ha descendido suavemente durante el último año. Mientras Bruselas espera a que el nuevo Gobierno envíe los presupuestos de 2016, la tenue recuperación económica se juega su continuidad en la resolución de este laberinto político.