El pilar de la estabilidad

El Presidente de la República Italiana representa el equilibrio del sistema político del país. Un árbitro institucional neutral que ratifica las decisiones de uno y otro respetando la Constitución. Su función es actuar como el golpe de autoridad en la mesa, entre las fuerzas que se puedan activar en el sistema institucional italiano con el fin de mantener el frágil equilibrio del trabajo político en Italia. Algunos presidentes han utilizado estos poderes con rotundidad, otros no. Pero en tiempos de crisis éste, pasa a tener un papel fundamental, una figura estratégica, el pilar del sistema. Durante los duros momentos vividos en los últimos años, algunos destacaron esta característica irónicamente al nombrar al ex presidente italiano Giorgio Napolitano como “rey Giorgio”. La elección del nuevo presidente se celebró en un momento complejo pues la población italiana todavía está haciendo frente a los efectos del estancamiento económico, la pobreza, los cambios política, los constantes escándalos de corrupción y el saqueo público.

Sergio Mattarella ya es el nuevo presidente de Italia.

En términos generales, se puede decir que estas elecciones muestran el fracaso de la llamada Segunda República. Después de una generación, todavía es necesario volver a la anterior generación de líderes políticos de la Primera República y encontrar un buen presidente. La formación de una nueva élite política, creada especialmente para gobernar ha sido completamente descartada. Había una tradición en el sistema político italiano que consistía en elaborar una lista con los candidatos a presidentes entre los ex presidentes del Senado y de la Cámara. En esta elecciones ninguno de los políticos que han desempeñado ese papel en la Segunda República ha sido considerado, excepto el Sr. Casini. De hecho, muchos de ellos han desaparecido del sistema político o no tienen la importancia política institucional para cubrir ese papel.

El nuevo presidente italiano, Sergio Mattarella, es uno de los miembro de la aristocracia de la Primera República Italiana, cuando fue un distinguido miembro del partido mayoritario, la Democracia Cristiana, al igual que su padre antes que él y su hermano, desafortunadamente asesinado por la mafia italiana. Luego tras migrar con éxito en la Segunda República, ejerció de ministro en los diferentes gobiernos, también como primer ministro adjunto, para acabar finalmente como miembro de la Corte Constitucional.

Ahora, Renzi vuelve a entablar conversaciones con la vieja política italiana de la primera República, ¿será útil para la estabilidad del sistema político italiano?

Por ahora, él es el ganador político de esta elección. Ha jugado a ser el príncipe de Maquiavelo, siendo de oro y león al mismo tiempo. El primer ministro italiano, jefe de la mayoría parlamentaria de la coalición y el secretario del Partido Democrático, ha logrado una obra maestra de la política estratégica. Tuvo éxito en la elección de su candidato, Sergio Mattarella, uniendo a su partido, el cual estaba profundamente dividido en las últimas semanas, y dejando como partido minoritario al de Silvio Berlusconi. Muchos han considerado que la humillación ha sido tan dolorosa para Berlusconi que puede fácilmente decidir poner fin a la colaboración con el gobierno en la aprobación de las reformas necesarias.

Profesor Ciencias Políticas en la Universidad Luiss de Roma