México
El PRI aspira a mantener su poder territorial pese al desgaste de Peña Nieto
Cerca de 34 millones de mexicanos estaban llamados ayer a las urnas para elegir a gobernadores en doce de los 31 estados del país, 547 alcaldes de catorce regiones y 422 diputados locales en un momento de debilidad del Gobierno priista del presidente Enrique Peña Nieto. El partido oficialista, que gobierna en nueve de los doce estados en liza, aspiraba a una victoria por la mínima, si bien podría perder algunas gobernaciones que siempre han estado en manos del PRI.
Veracruz, el tercer estado más poblado del país, es una de ellas. Desde 1920 ha permanecido bajo el control del Partido Revolucionario Institucional, pero el legado de su actual gobernador, Javier Duarte –que ha sido acusado por sus críticos de desviar fondos públicos y gobernar con impunidad–, ha puesto en apuros la credibilidad del PRI a nivel nacional.
Una de las tendencias de la campaña ha sido el crecimiento en los sondeos de Morena, el partido izquierdista de Andrés Manuel López Obrador, ex candidato presidencial con su antigua formación, el PRD, que ayer aspiraba a hacerse con la gobernación de Veracruz, una de las regiones con más violencia y corrupción.
Las elecciones regionales de ayer, cuyos resultados no se conocían al cierre de esta edición, son interpretadas como un termómetro para medir la fuerza de los partidos de cara a las elecciones presidenciales de 2018. Un buen resultado de López Obrador impulsaría sus credenciales como candidato a batir después de haber sido derrotado en 2012 y 2006.
La Ciudad de México también acudió a las urnas después de convertirse recientemente en el estado número 32 del país. Una vez más, las elecciones han vivido episodios de violencia armada –en algunos casos contra candidatos– en cinco estados del país. La campaña electoral ha sido una de las más sucias, con continuas denuncias entre partidos acusándose mutuamente de estar financiados por el narcotráfico.
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