Cuba
«El PSOE se negó a reunirse conmigo»
Entrevista con Rosa María Payá, hija del disidente cubano fallecido Oswaldo Payá: «Me dijeron que estaba usando un trágico accidente de forma partidista»
Las siete semanas que Rosa María Payá -la hija del fallecido disidente cubano Oswaldo Payá- ha pasado en España han sido más que provechosas. Sus esfuerzos se han centrado en pedir una investigación independiente para esclarecer la muerte de su padre en julio y en buscar apoyo concreto a la causa de los derechos humanos y la transición en Cuba. En Madrid, donde estableció su base, ha recibido mucho respaldo, aunque también se ha llevado alguna ingrata sorpresa, como la negativa del PSOE a recibirla.
"Su respuesta ha sido bastante ofensiva e indignante", comenta Rosa María a LA RAZÓN sobre los representantes del Partido Socialista. "Espero que realmente los partidarios del PSOE, personas de buena voluntad, se acerquen a la verdadera realidad del pueblo cubano". La hija del premio Sajarov buscaba reunirse con el mayor número de grupos políticos (se ha entrevistado con el PP, UPyD y CIU) para lo que solicitó verse con la oposición española. En un primer momento, en el PSOE le contestaron que sí, pero después, Rosa María recibió un email en el que anulaban la entrevista porque estaba "usando un trágico accidente de forma partidista". Es decir, "no sólo se negaron a verme, también me ofendieron".
"Sólo quiero que una organización independiente investigue la muerte de mi padre y el activista Harold Cepero", reconoce la joven, de 24 años, a quien le asombra que un partido como el PSOE le dé la espalda. Pero Rosa María Payá ha sido recibida por numerosas ONG (como Amnistía Internacional y Human Rights Watch) y políticos de otros países, como Noruega y Suecia, así como en el Parlamento Europeo y en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, donde ya se ha empezado a trabajar formalmente. "También en Bruselas se han comprometido a iniciar una investigación", relata la joven, que asimismo agradece el apoyo mostrado por Estados Unidos. "El pueblo de Cuba y las familias de estos dos activistas merecen un claro y creíble conocimiento de los eventos que condujeron a sus trágicas muertes", señalaron el fin de semana desde el Departamento de Estado de EE UU, tras la petición formal de un grupo bipartidista de senadores estadounidenses al Secretario de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a que se lleve a cabo una investigación.
Rosa María Payá deja España mañana "esperanzada y satisfecha, aunque siempre se puede hacer más". Estas siete semanas han sido productivas, pero nada fáciles para la joven. En primer lugar, porque en cada entrevista concedida o encuentro mantenido ha tenido que enfrentarse a la muerte de su padre. En segundo lugar, por los momentos en los que el régimen castrista le ha recordado de dónde procede, como cuando fue interrumpida en Ginebra, en pleno discurso ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, primero por Cuba, y después por China, Rusia, Pakistán, Nicaragua y Bielorrusia. En último lugar, por las amenazas de muerte que recibió en su casa de La Habana mientras estaba en Madrid. "Obviamente me preocupa mi seguridad, la de mi familia y la de todos los miembros del Movimiento Cristiano de Liberación y demás opositores".
"Hablo prácticamente todos los días con Carromero"
La joven cubana se ha reunido con los únicos supervivientes a aquel fatídico 22 de julio. Tanto el español Ángel Carromero, dirigente de Nuevas Generaciones del PP, que iba al volante del vehículo en el que viajaban los disidentes Payá y Cepero, como el sueco Jens Aron Modig, de la Liga Demócrata Cristiana y copiloto del coche, le han confirmado lo que ya sabían ella y su familia: "Que no fue un accidente". Con Carromero, que fue condenado en Cuba a cuatro años de cárcel por doble homicidio imprudente, se vio nada más llegar a Madrid. "Me dijo que un coche los embistió por detrás y los sacó de la carretera". En cuanto a Aron Modig, a quien visitó en Suecia, "mantuvimos un encuentro de dos horas. Él iba dormido en ese momento, pero al despertarse, recuerda que no habían chocado contra ningún árbol", como indica la versión del Gobierno castrista.
Rosa María espera despedirse del joven político español con quien habla "prácticamente todos los días por teléfono"y que una vez que la investigación internacional dé frutos también se reivindique la inocencia de Carromero. "Me da pena. Se le trata como un condenado y no lo es", afirma la hija del impulsor del "Proyecto Varela"en Cuba, quien en ocasiones se refiere a él como "un secuestrado", por los meses que pasó en una cárcel cubana hasta que volvió a España en diciembre a cumplir condena. Precisamente, la actitud del Gobierno español no le ha gustado a Rosa María. Aun así, asevera que quien tiene que darle explicaciones es Cuba y no España y que al menos, el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo le prometió que no "interferirá"en la investigación internacional.
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