Terrorismo yihadista
El terrorista de Copenhague colgó vídeos y proclamas yihadistas en su Facebook
El terrorista de Copenhague había salido de la cárcel hace 15 días. Indignación por las flores y velas en la acera donde fue abatido
Nadie se esperaba que un joven inmigrante musulmán de segunda generación, nacido y criado en Dinamarca, lo que no le convierte en nacional danés, se iba a convertir de la noche a la mañana en un terrorista que mataba a tiros a dos personas inocentes y hería a cinco policías en dos atentado perpetrados en la capital del reino de las 500 islas. Día y medio después de los dos tiroteos, calificados como atentados por las autoridades danesas, la Policía sólo ha confirmado la edad del que siguen llamando «presunto terrorista», que los agentes abatieron a tiros en la madrugada del domingo en Svanevej, cerca de Nørreport.
Tuvo que ser el diario danés «Ekstra Bladet» el que revelara la identidad del terrorista. Se llamaba Omar Abdel Hamid el Husein, de 22 años y un largo historial de antecedentes criminales por violencia, pertenencia a banda armada y tenencia ilícita de armas. Omar había salido de la cárcel hacía dos semanas, tras cumplir una condena de dos años de prisión por acuchillar a un pasajero en un autobús. Su estancia en prisión sirve para confirmar que, a pesar de su nombre y sus orígenes musulmanes, no puede ser uno de los yihadistas entrenados ni que hubiera estado en Siria o Irak como combatiente del Estado Islámico. Aun así, y según sus compañeros de colegio, Omar no se cansaba de decir que odiaba a los judíos. Pocos minutos antes de perpetrar el primer atentado en el centro cultural Krudttønden, alguno de sus conocidos subió un vídeo a su Facebook donde rendía una especie de homenaje al EI. Este vídeo ya ha sido retirado.
La Policía danesa tampoco se ha pronunciado sobre la posible relación de este joven con grupos islamistas. Sin embargo, los servicios de inteligencia (PET) dicen que lo tenían «fichado» desde hace tiempo. Según las autoridades del correccional donde ha estado cumpliendo la pena de dos años por herir a un hombre con arma blanca, Omar se radicalizó durante se estancia expresando muchas veces opiniones extremistas. En el correccional practicaba el boxeo tailandés, lo que le hizo mantenerse en forma y de ahí su complexión atlética. Lo que está claro es que Omar se inspiró en los ataques terroristas en París el mes pasado y quiso emular estos atentados en Dinamarca. La Policía continuaba ayer pidiendo la ayuda de los ciudadanos de Copenhague para localizar los movimientos del terrorista antes, entre y después de los atentados. «Pedimos a todos los que puedan haber visto a este hombre que nos ayuden a identificar todos sus movimientos», dijo Jørgen Skov, inspector de la Policía danesa.
Las autoridades entraron el domingo en un cibercafé de Nørrebro para preguntar si el terrorista había estado allí tras el primer ataque. Cuatro paquistaníes fueron detenidos, según cuentan ellos mismos, por negarse a tumbarse en el suelo. Nada relacionado con Omar. Sin embargo, sí hay dos personas que fueron detenidas ayer en dos lugares distintos de la ciudad, y que un juez ha ordenado prisión provisional de diez días mientras la Policía investiga una supuesta colaboración con el terrorista. A estos dos detenidos, de 19 y 22 años, también musulmanes e inmigrantes de segunda generación, se les acusa de ser cómplices de asesinato, ya que supuestamente habrían ayudado al terrorista con la obtención de las armas que utilizó en los ataques.
El padre del yihadista dijo estar conmocionado y que se enteró de lo que pasaba cuando la Policía le llamó para comunicarle que Omar había muerto. Periodistas del diario «Jyllands Posten» fueron a entrevistarle en la puerta de su apartamento. «Estoy igual de conmocionado que el resto del mundo por lo que Omar hizo», explicó su padre, quien rechazó hacer más comentarios y pidió que no se revelara su identidad.
Lo mismo que miles de daneses han ido depositando ramos de flores y velas al pie de la verja de la sinagoga de Krystalgade de Copenhague, todas en memoria del vigilante judío que murió de un tiro en la cabeza, el lugar donde cayó abatido el terrorista por las balas de la Policía también se ha convertido en un santuario de peregrinación para sus amigos y simpatizantes.
En este lugar, en la acera de Svanevej del barrio multicultural de Nørrebro, alguien depositó en la noche del domingo el primer ramo de flores con una cuartilla que decía: «Allah yerhamak» (Que Alá tenga piedad de ti). Ayer al mediodía ya había alrededor de medio centenar de ramos y varias velas. «¿Acaso los simpatizantes de los terroristas no tienen sentimientos?», decía un periodista danés en TV2. Las reacciones no se hicieron esperar y horas después las flores y las velas ya no estaban tras unas escenas un tanto caóticas. Según la reportera de TV2, tras salir la noticia en la televisión, llegaron al lugar un grupo de personas encapuchadas que quitaron los ramos de flores y los trozos de papel con dedicatorias a patadas. Algunos parecían escritos por chicas jóvenes con corazones y declaraciones de amor. El motivo de la retirada es que entre los musulmanes no es tradición poner flores en el lugar donde ha muerto. No pasó mucho tiempo y otro grupo, esta vez todos de rasgos árabes o extranjeros, pusieron en el lugar un letrero que dice: «Hvil i fred. Må Allah være dig nådig» (Descansa en paz. Que Alá tenga misericordia de ti).
«No seríamos los mismos sin los hebreos daneses»
Así de tajante se mostró ayer la primera ministra danesa, Helle Thorning-Schmidt, tras los atentados del fin de semana. «La comunidad judía es una parte importante de Dinamarca. Vamos a hacer todo para protegerla», añadió durante una rueda de prensa en la que recordó que la protección en torno a las sinagogas había sido reforzada en Dinamarca después de los atentados de hace un mes en Francia y más aún tras el primer ataque del sábado contra un centro cultural en Copenhague. «Si no lo hubiéramos hecho, podría haber sido mucho peor», dijo Thorning-Schmidt aludiendo a que en el interior de la sinagoga, en el momento del ataque, se celebraba un evento de «bar mitzva» (equivalente a la confirmación en el catolicismo) con unas 80 personas. La primera ministra reiteró lo que ha manifestado la Policía tras el doble atentado de este fin de semana en Copenhague: nada apunta a que el supuesto autor esté vinculado a una organización terrorista.
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