Terrorismo yihadista

El terrorista de Orlando se radicalizó en internet

El FBI confirma que Mateen se inspiró en grupos yihadistas extranjeros para atentar contra el club gay

El estado de las paredes y estancias de la discoteca Pulse reflejaban ayer a la luz del día el intenso tiroteo que se registró entre el terrorista y las fuerzas especiales de los SWAT. En la imagen miembros de los servicios sanitarios y agentes recogen pruebas en el patio de la sala.
El estado de las paredes y estancias de la discoteca Pulse reflejaban ayer a la luz del día el intenso tiroteo que se registró entre el terrorista y las fuerzas especiales de los SWAT. En la imagen miembros de los servicios sanitarios y agentes recogen pruebas en el patio de la sala.larazon

El FBI confirma que Mateen se inspiró en grupos yihadistas extranjeros para atentar contra el club gay

El director del FBI, James Comey, admitió ayer la hipótesis terrorista de la matanza de Orlando. Dijo textualmente que existen «indicios evidentes de radicalización [del autor de la masacre, Omar Seddique Mateen] y muy probablemente estaba inspirado por organizaciones terroristas extranjeras». Asimismo, Comey confirmó que este individuo había jurado, en conversación con la centralita de Emergencias, lealtad al Estado Islámico (EI) y que fue investigado durante diez meses a partir de mayo del 2013.

Mientras, los servicios secretos internacionales investigan si Mateen había viajado en los últimos tiempos a Afganistán, país del que proceden sus padres, aunque él nació en Nueva York. Esta circunstancia, el origen familiar, habría facilitado los desplazamientos sin levantar sospechar, ya que siempre podría argumentar que iba a ver a unos parientes. Asimismo, el terrorita peregrinó a las ciudades saudíes de La Meca y Medina en marzo de 2011 y 2012.

La forma en que perpetró la matanza, con un fusil de asalto y una pistola, demuestra, según fuentes consultadas por LA RAZÓN, que habría tenido algún tipo de entrenamiento, ya que él solo perpetró una acción criminal similar a la de la discoteca Bataclan de París, en la que participaron varios yihadistas. El hecho, según informaciones difundidas desde EE UU, de que no se hayan encontrado evidencias en sus ordenadores de que lo vinculen directamente al EI se podría deber a que la banda, tras los golpes policiales sufridos, ordena a sus militantes que eviten dejar rastros que puedan servir de pistas a los investigadores. Lo cierto es que los yihadistas asumieron la autoría de la matanza y calificaron a Omar como un «soldado del califato» a través de agencia oficial.

Los investigadores confían en determinar quién o quienes entrenaron a Mateen y si recibió las instrucciones para el asalto a la discoteca, una acción criminal que, por la forma en que fue ejecutada, demuestra cierta planificación, en uno de esos posibles viajes a Afganistán o por otras vías ajenas a las redes sociales.

Precisamente, el presidente Barack Obama confirmó ayer que el terrorista encontró sus motivaciones para sembrar el terror a través de la propaganda extremista en internet. Obama indicó que las autoridades no habían encontrado relaciones directas con ningún otro grupo radical. De ahí que las palabras que utilizó el presidente para explicar este caso fueron «extremismo local, inspirado en todas las informaciones que se diseminan en internet. Todavía no tenemos informaciones que indiquen que recibió una orden directa».

Ayer, la Policía de Florida reveló más detalles de lo ocurrido en el club Pulse, donde había dudas de por qué los SWAT tardaron tres horas en entrar en el local. Según los últimos comunicados, intentaron negociar con Mateen hasta que hizo referencia a un cinturón bomba y explosivos. Fue entonces cuando decidieron entrar y liberar a los rehenes, que a través de mensajes desde sus teléfonos móviles les habían pedido que irrumpieran en el lugar. Abrieron un boquete en la pared del local por el que escaparon varios rehenes y por el que salió también el asesino, que fue entonces abatido.

Los investigadores encontraron una tercera arma en el coche del terrorista, que había comprado el refile de asalta y la pistola de forma legal. A pesar de ser investigado e interrogado, Mateen pudo hacerlo, ya que no tenía antencedentes porque los federales no habían encontrado ninguna prueba contra él. Sí había estado en el radar del FBI desde 2013, cuando se abrió una investigación que se prolongó durante diez meses después de que comentase a sus compañeros de trabajo su contacto con grupos terroristas. También les había confesado que quería convertirse en un mártir.

Fue entonces cuando le interrogaron en dos ocasiones, pero Mateen consiguió eliminar sus sospechas cuando les convenció de que lo había dicho porque estaba enfadado con sus compañeros al pensar que le tomaban el pelo por ser musulmán. La investigación se cerró en 2014, pero dos meses después el terrorista volvió a llamar la atención de los investigadores cuando iban detrás de un hombre de Florida que se había inmolado en Siria, ya que ambos habían acudido a la misma mezquita. Pese a los indicios, volvieron a archivar el caso.

El hecho de que Mateen sea de origen afgano resulta muy importante para el EI, que ha destinado medios humanos y materiales para la conquista de territorios en la provincia que ellos llaman de Jorasán. En enero de 2015, un grupo talibán hizo un juramento de fidelidad a Abu Bark al Bagdadi. Posteriormente, se sumaron las bandas islamistas paquistaníes Lashkar i-Islam y Jamaat ul-Ahrar, así como el líder del EI de Uzbekistan. Desde su fundación, en 2014, el Estado Islámico ha tenido como objetivo a EE UU y sus intereses en el extranjero, un asunto en el que Al Qaeda le sacaba ventaja. Por ello, según las citadas fuentes, no se puede descartar que haya formado esa red de «lobos solitarios» que se mantienen «durmientes» hasta los atentados.