Colombia

El tortuoso camino de la selva al Congreso

Aunque algunos milicianos de las FARC desean ser senadores, «otros somos como el Che, no pueden encerrarnos en un despacho»

Milicianos de las FARC en la clausura de la conferencia guerrillera
Milicianos de las FARC en la clausura de la conferencia guerrilleralarazon

Aunque algunos milicianos de las FARC desean ser senadores, «otros somos como el Che, no pueden encerrarnos en un despacho»

La plana mayor de las FARC ya está en campaña. Queda claro que tras 52 años de conflicto están deseosos de colgar los rifles y convertirse en senadores. Durante la clausura de la Conferencia de la guerrilla en la que se refrendaron los acuerdos de Paz, tanto Luciano Marín Arango, alias «Iván Márquez», como Rodrigo Londoño Echeverri, alias «Timochenko», anticiparon algunos alineamientos. «Márquez» adelantó que el partido pretenderá cambiar la Constitución e hizo un llamamiento a «todos los partidos, movimientos políticos y sociales» de Colombia para hacer un «gran acuerdo» encaminado a impulsar un «proceso abierto» que lleve a una Asamblea Nacional Constituyente. Sus votantes serán los excluidos de las zonas más pobres, las mismas que gracias a los acuerdos firmados recibirán más fondos para infraestructura y nuevos asientos en el Congreso. Una medalla que ya se cuelgan los guerrilleros. Sin embargo, en zonas como el Cauca o el Meta, las bajas del conflicto son altas y hay también mucho resquemor hacia los guerrilleros, considerados por los indígenas como bestias bicéfalas con rostro de héroe y verdugo al mismo tiempo.

«Timochenko» dijo que, en adelante, «la población apreciará los beneficios de la paz» que «traerá una sustancial reducción de la violencia que hemos padecido durante décadas», así como una mejora significativa de las condiciones de vida. Eso será posible gracias a las «inversiones sociales y de infraestructura» que serán factibles por la reducción del gasto militar con el fin del conflicto. El Partido se fundará en mayo de 2017 con presencia inmediata en el Congreso gracias a los acuerdos.

Los guerrilleros madrugan mucho. Con las primeras luces barren, se bañan en el caño y empiezan a preparar el caldo y el «tinto» –café– para desayunar. En el Campamento Isaías Pardo todavía hay mucha actividad, pues muchos simpatizantes y guerrilleros siguen llegando para la gran fiesta que se celebrará mañana, con la firma de los acuerdos de Paz. La realidad es que no será fácil emplear a 7.000 guerrilleros pese a las ayudas que el Gobierno les otorgará: 700 euros por desmovilizarse más 200 euros al mes durante dos años. La mayoría de los entrevistados aspira a formar parte de la nueva agrupación. «Tenemos que seguir en la lucha, como dijo el camarada, todavía no hemos logrado la victoria», afirma una guerrillera que con pantalón militar y en sujetador rosa, cava una de las zanjas donde sus compañeros depositan las heces.

No todos están de acuerdo. Uno de los guerrilleros que ha estado ayudando a la Prensa pide que le llevemos hasta una intersección. Es de noche, llovizna; Al poco de comenzar el viaje, el invitado se anima a hablar. «Estoy cansado de esta semana, aquí todos me dan órdenes cuando en realidad en mi frente, el número 1, estoy al mando de 30 hombres. Soy francotirador, me ha estallado una granada cerca y he demostrado mi valor, por eso me han ascendido. No como otros que se arriman al calor de un comandante para trepar», señala. Precisamente el frente 1 se ha declarado en rebeldía. Los altos cargos desertaron llevándose consigo a 65 guerrilleros que se adentraron en la selva. «Si no hubiera estado aquí habría hecho lo mismo. Ellos son belicistas, se la juegan en primera línea, no como otros. Pactar así significaría que su esfuerzo y riesgo no han valido nada», asegura. «No están de acuerdo con un partido político que seguramente y viendo como a veces funcionan las FARC, acabaría impregnándose de todos los males propios del buró político como la corrupción y la burocracia. Algunos somos como el Che, no pueden encerrarnos en un despacho, siempre habrá una guerra que luchar por ideales revolucionarios».