Erdogan, en el punto de mira

-¿Las protestas amenazan la estabilidad del Gobierno islamista turco?

-No creo que la revuelta en Turquía vaya a poner en peligro la estabilidad del Gobierno, pero sí que puede debilitar la figura de su primer ministro Erdogan. De momento estamos ante una protesta moderada, alejada de la violencia expresada en otros países árabes. La composición de los manifestantes es variada. Por un lado están los laicos, y por otro los alevis, la minoría alauita y más secular.

-Erdogan quieren mantenerse en el poder en los próximos años. ¿Lo conseguirá?

-Esta crisis se produce en un momento muy complicado en el que intervienen dos procesos políticos de gran calado en Turquía. El primero es la reforma de la Constitución perseguida por Erdogan para cambiar el vigente régimen parlamentario en uno presidencialista, en el que el propio Erdogan pasaría a ser el hombre fuerte. De hecho, ya ha dicho que quiere mantenerse en el poder hasta el 2023, al estilo de Hugo Chávez en Venezuela. El segundo factor es la negociación del Gobierno con dirigentes del partido nacionalista kurdo PKK. Existe un acuerdo de retirada de los 3.000 guerrilleros kurdos en la zona turca. Sin embargo, esta negociación se está haciendo sin la debida transparencia política, lo que ha despertado mucha oposición entre sectores nacionalistas y en la oposición política porque nadie sabe cuál será el destino final. ¿Los kurdos conseguirán la autonomía o la independencia? Erdogan está usando esta negociación para ganarse los votos de los diputados independientes en la reforma de la Constitución.

-¿Tiene enemigos Erdogan en las filas del islamismo?

-Ha habido dos declaraciones de fuerzas islamistas en las últimas horas contrarias a las políticas autoritarias de Erdogan. Una es la del presidente de Turquía. Y la segunda es la de un líder religioso islamista turco que ejerce una gran influencia política y social en Turquía.

* Experto del Institute for Counter Terrorism