Oriente Próximo
La escalada con Hizbulá acerca la invasión terrestre del Líbano
Benny Gantz se compromete a resolver la situación en la frontera norte mediante un «acuerdo» con las autoridades del país vecino o a través de «una escalada» en los ataques
La escalada entre las Fuerzas de Defensa y el partido-milicia chií Hizbulá en torno a la frontera norte eleva en las últimas horas la posibilidad de una entrada de las tropas israelíes en el sur de Líbano. El cruce de fuego entre la organización apéndice de Irán, un Estado en el seno de un Estado fallido como el libanés, y las fuerzas israelíes ha causado además en las últimas horas importantes incendios forestales al sur de la divisoria, con muchas más hectáreas arrasadas que en la Segunda Guerra del Líbano. Por su parte, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa, Herzl Halevi, aseguraba estar preparado para la guerra en el norte: «Nos aproximamos al momento de tomar una decisión».
La organización dirigida por Hassan Nasrallah reclamó el martes un nuevo ataque con proyectiles de mortero contra varias posiciones de las FDI en el norte del país y en los Altos del Golán –sin que por el momento haya informaciones sobre víctimas– en respuesta a los bombardeos israelíes contra suelo libanés al tiempo que aseguraba no tener intención en una guerra abierta con Tel Aviv.
Durante una visita a las comunidades del norte, el ministro Benny Gantz aseguró que el gabinete de guerra israelí resolverá la situación en la frontera con Líbano –los ataques de Hizbulá contra zonas civiles no cesan– mediante un «acuerdo» con las autoridades del país vecino o a través de «una escalada» en los ataques.
«He estado involucrado durante meses en una lucha, con el primer ministro y con todos, para que el primero de septiembre hayamos acabado aquí y podamos abordar nuevos temas», afirmó el martes el político centrista, según recoge el medio local The Times of Israel. «No podemos perder más tiempo», zanjó Gantz. Decenas de miles de ciudadanos israelíes se han visto obligados a abandonar sus hogares en el norte del país como consecuencia de los repetidos lanzamientos de proyectiles desde suelo libanés desde el pasado 8 de octubre.
Por su parte, el ministro de Seguridad Nacional de Israel, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, ha ido más allá que Gantz al instar a «destruir» los «bastiones» de Hizbulá en el sur del país vecino. En el curso de una visita también al norte del país –concretamente a Kiryat Shmona–, Ben Gvir defendió la necesidad de llevar a cabo «una guerra» contra Líbano.
«No puede ser que nuestra tierra arda y que haya paz en Líbano. Tenemos que quemar y destruir todos los bastiones de Hizbulá. Guerra», ha manifestado el político ultraderechista en un mensaje en su cuenta en la red social X junto a un vídeo en el que ha reiterado que «el trabajo del Ejército es destruir a Hizbulá». Más tarde, Ben Gvir expresaba su desacuerdo con el ministro de Defensa Yoav Gallant, por haber ordenado la destrucción de un puesto de avanzada ilegal levantado por colonos israelíes cerca del asentamiento de Yair Farm, en el norte de Cisjordania. El ministro ultraderechista insistió además en exigir al primer ministro israelí la destitución de Gallant.
El Ejército israelí y Hizbulá mantienen desde el 8 de octubre pasado, un día después de la matanza perpetrada por Hamás, un cruce intermitente pero incesante de fuego. El Ministerio de Sanidad libanés reveló el 30 de mayo que hasta la fecha han muerto 375 personas a causa de los ataques israelíes, sin diferenciar entre civiles y miembros de Hizbulá, al tiempo que manifestó que cerca de 94.000 personas se han visto desplazadas de sus hogares.
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