Bruselas
Escocia se aferra al mercado común
Nicola Sturgeon, «determinada» a mantener a la región dentro del espacio económico a pesar del Brexit. Reclama a Londres los poderes necesarios para «mantener vínculos paneuropeos» en asuntos como Europol o Erasmus
Nicola Sturgeon, «determinada» a mantener a la región dentro del espacio económico a pesar del Brexit. Reclama a Londres los poderes necesarios para «mantener vínculos paneuropeos» en asuntos como Europol o Erasmus
La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, se mostró ayer «determinada» a mantener a la nación dentro del mercado único a pesar del Brexit. En una intervención en Bute House, su residencia oficial en Edimburgo, la líder independentista subrayó que «la mejor opción», después de «una Escocia independiente dentro de la UE», sería que todo Reino Unido se quedara en el mercado único, a través del Espacio Económico Europeo (EEE), y dentro de la unión aduanera. «Pero, si esto no es posible, como parece indicar la retórica del Gobierno conservador, Escocia debería poder mantener un estatus diferenciado», señaló.
Desde el histórico referéndum de junio, la nacionalista había repetido en varias ocasiones que su deber era velar por los intereses de los escoceses, cuya mayoría (62%) votó a favor de la permanencia en el bloque comunitario. En este sentido, prometió elaborar un programa para mantener los vínculos entre Edimburgo y Bruselas y ayer cumplió su palabra al presentar «El lugar de Escocia en Europa», un documento con el que no sólo demanda la continuidad de la nación en el mercado común, sino que solicita a Londres más poderes, sobre todo en materia de inmigración.
Un portavoz de Downing Street confirmó que debatirán la propuesta en una reunión en enero con todas las autonomías y recalcó la voluntad de la primera ministra de negociar con Bruselas un acuerdo «que beneficie a todo Reino Unido». Con todo, Sturgeon avanzó que si la respuesta del Ejecutivo central no le convence, no descarta convocar otro referéndum de independencia, una posibilidad con la que lleva jugando desde el triunfo del Brexit. El ministro de Economía, Philip Hammond, recuerda que ninguna de las naciones que constituyen Reino Unido tendrán «trato de favor», en caso de que finalmente se apueste por un «Brexit duro» (fuera del mercado común). Pero Sturgeon pide una solución alternativa y recibir de Londres los poderes necesarios para «mantener vínculos paneuropeos» en asuntos de gestión propia, como Europol o Erasmus. Ello requeriría ampliar en general las competencias y recuperar áreas de gestión ahora en manos de Bruselas, como agricultura, medio ambiente, pesca o justicia, así como recibir nuevos poderes en ley laboral o seguridad e higiene.
La líder del Partido Independentista Escocés (SNP), que en las elecciones escocesas de mayo volvió a ganar aunque perdió la mayoría absoluta por dos escaños, reconoció que un acuerdo diferenciado para Escocia sería «complejo» y requeriría «voluntad política», pero recordó que la propia negociación del Brexit es «complicada y no tiene precedentes». «Hay que tener en cuenta que existen arreglos diferenciados y asimétricos dentro de la propia UE y el marco del mercado único», declaró. En este sentido, señaló que el Gobierno central ya ha mostrado cierta disposición a ser «flexible», sopesando «varios enfoques para distintos sectores de la economía». «También tendrá que adoptar un enfoque flexible en relación con Irlanda del Norte y Gibraltar, y el alcalde de Londres [el laborista Sadiq Khan] también ha pedido un arreglo especial, particularmente en el área de inmigración», manifestó.
La «premier» británica ya se ha comprometido a mantener las fronteras abiertas entre la provincia británica del Ulster y la República de Irlanda, que sigue siendo miembro de la UE, lo que sienta un precedente de libre circulación con uno de los Veintisiete. En este sentido, Sturgeon aclaró que, en caso de que Escocia permaneciera en el mercado único europeo mientras el resto de Reino Unido lo abandona, se podría mantener la apertura fronteriza y comercial en territorio británico.
Por su parte, Theresa May avanzó que su Gobierno prepara un «ambicioso» plan de reformas económicas y sociales para adaptar Reino Unido al nuevo escenario que afrontará al salir de la UE. Ante el Comité de Enlace de la Cámara de los Comunes, que agrupa a los presidentes del resto de comités de la Cámara Baja, la líder «tory» señaló que expondrá ese plan, así como nuevos detalles sobre sus objetivos de cara al Brexit a principios de año, aunque no puso fecha. May también rehusó a especificar si planea someter a votación parlamentaria el pacto al que llegue con Bruselas, si bien dijo que los diputados podrán pronunciarse durante la aprobación de la ley que transpondrá las directivas europeas al canon legal británico.
May apuesta por un acuerdo comercial
La «premier» Theresa May expresó ayer su confianza en que el diálogo sobre un futuro acuerdo comercial entre Londres y los veintisiete socios comunitarios podrá comenzar en paralelo a la negociación sobre el Brexit. Reino Unido y la UE deben establecer en primer término los compromisos económicos adquiridos que Londres deberá respetar tras la salida del bloque, los derechos de los ciudadanos comunitarios y británicos, así como el futuro de las agencias europeas localizadas en las islas británicas. El Tratado de Lisboa establece que ese diálogo se hará «teniendo en cuenta el marco» de las «futuras relaciones con la Unión» del país que abandona el grupo, si bien el embajador británico en la UE admite que cerrar un acuerdo comercial entre Londres y Bruselas podría llevar diez años. Ante la posibilidad de que el plazo de dos años de negociaciones del Brexit se agote sin que se haya cerrado un acuerdo, May no descarta nada: «Trabajamos en diversos escenarios que podrían darse en relación a la negociación, el acuerdo y el calendario».
Las fechas clave
- Marzo de 2017. La primera ministra británica, Theresa May, ha prometido invocar el artículo 50 del tratado de la UE en este mes aunque tenga que someter el Brexit a la consideración del Parlamento.
- Abril de 2017. Nada más invocar el artículo, comenzarán las negociaciones entre Londres y los 27 para organizar la desconexión, un proceso que se presume complicado porque no hay precedentes y por los cientos de aspectos que deben tener en consideración.
- Octubre de 2018. Es el límite temporal estipulado para la conclusión de las negociaciones, pese a que Reino Unido tratará de alargar los plazos.
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