Política

San Petersburgo

España reitera que no intervendrá en una acción militar en Siria

Un niño manipula proyectiles de mortero en la ciudad de Alepo
Un niño manipula proyectiles de mortero en la ciudad de Alepolarazon

Tras el respaldo de España al documento suscrito el viernes por varios países en San Petersburgo en relación con la crisis de Siria surgieron numerosas voces que daban por hecho que ratificar dicho texto abría la posibilidad a la participación española en una intervención militar. Sin embargo, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, aseguró primero, tras reunirse con su homólogo estadounidense Chuck Hagel, que EE UU no había pedido ayuda militar al Gobierno de Mariano Rajoy. Aun así, el Ejecutivo volvió a reiterar ayer que España no se ha planteado «en ningún momento un respaldo a una acción militar concreta». «Sólo cabe una solución política», asegura.

Desde Moncloa hacen hincapié en que España respaldó y trabajó el documento de San Petersburgo –no es oficial ni vinculante, sino una mera declaración verbal «al margen»– en colaboración con sus socios europeos y con Estados Unidos y añaden que la referencia a que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas actúe de forma consecuente en cuanto se conozca el informe de los inspectores «es producto de una propuesta española aceptada por todos los dignatarios». Pero, sobre todo, el Ejecutivo quiere dejar claro que «no hay solución militar posible al terrible conflicto civil que está viviendo Siria», al tiempo que recalca que apoyar la citada declaración «no expresa en ningún momento un respaldo a una acción militar». «España no ha comprometido en ningún momento participación española ante eventuales respuestas de naturaleza militar que pudiesen articularse», sentencian.

Para el Gobierno, es «inaceptable» el uso de armamento químico «que supone un crimen contra la humanidad», algo que, afirman, «la comunidad internacional no debería permitir ni dejar impune». En este sentido, el Ejecutivo español tiene claro que el documento firmado expresa la necesidad de alcanzar una solución política». Y aquí, marca las tres líneas en las que basa su posición: el protagonismo que ha de tener Naciones Unidas, los esfuerzos para mantener la unidad europea y la necesidad de preservar la relación trasatlántica.

La postura de España, por tanto, no ha cambiado después de la Cumbre del G-20 y se mantiene en la línea de la de La Unión Europea –tanto Herman Van Rompuy, presidente del Consejo, como José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión, se reafirmaron en ella sin que hicieran mella en ellos los argumentos de Obama en San Petersburgo–.

De esta forma el Gobierno de Mariano Rajoy trata de acallar aquellas voces que hablaban de la participación de España en una operación militar encabezada por Estados Unidos, algo que ya desmintió el ministro Morenés. En su reunión con Hagel trataron, como era de esperar, la situación de Siria, algo que el titular de Defensa español tachó de «catástrofe ante la que el mundo no puede permanecer impasible».

Y aunque nuestro país ya ha reiterado que no va a participar de ninguna forma, el secretario de Defensa de EE UU no dudó en agradecer a España el apoyo a su país no sólo suscribiendo la declaración, sino también al Ejército estadounidense en lo que se refiere a las bases de Morón (Sevilla) y Rota (Cádiz), dos importantes enclaves para los norteamericanos por su estratégica situación y, en este caso concreto, cercanía a Siria –apenas 3.800 kilómetros separan estas bases de la capital, Damasco–. En la actualidad, hay unos 500 efectivos de EE UU en Morón y un millar en Rota, donde a lo largo del próximo año llegarán otros 1.400 con los cuatro destructores del escudo antimisiles de la OTAN.

La tensión que se vive en la zona ha llevado al Gobierno a aprobar dos planes de contingencia con el objetivo de proteger al contingente español en Líbano ante cualquier situación de emergencia que pudiera producirse. La cercanía entre la base «Miguel de Cervantes» de Marjayún y la capital siria hace que sea necesario aumentar la seguridad. Por ello, el primero de estos planes va dirigido a la protección y evacuación del personal civil, mientras que el segundo busca la protección de las tropas en caso de un posible repliegue. Están aprobados, pero no activados, algo que se haría en coordinación con los aliados.

Junto a estos dos planes, y sin formar parte de ninguna acción especial por la crisis siria, en la zona está la fragata «Blas de Lezo», desplegada como buque de mando en la Segunda Agrupación Naval Permanente de la OTAN (SNMG-2) en el Mediterráneo. Seguirá con sus tareas y trabajos habituales, pero en caso de ser necesaria su intervención para proteger a los españoles en Líbano se dirigiría inmediatamente a las costas del país. En este punto, el Gobierno aseguraba también ayer que «España vela por la seguridad de nuestras tropas».