Guerra en Siria
Espías europeos se reunieron con el régimen sirio
Los servicios secretos de Berlín, París, Londres y Madrid viajaron a Damasco alarmados por el auge de los yihadistas nacionales en la guerra
El auge de yihadistas europeos que se han unido a las filas del Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL) ha alarmando a los servicios secretos occidentales. Los más de 1.200 combatientes europeos que han ido a cumplir con la yihad (guerra santa) en Siria han inquietado a las agencias de Inteligencia europeas, ya que tras su estancia en el país árabe podrían convertirse en una amenaza al regresar a sus países de origen. Por ese motivo, según revelaron ayer varios medios occidentales, los servicios secretos de Reino Unido, Alemania, Francia y España se reunieron en secreto con oficiales sirios en Damasco. De confirmarse se trataría de los primeros encuentros de alto nivel desde que se retiraron los embajadores europeos de la capital siria en protesta por la brutal represión del régimen contra los manifestantes que exigían la salida del rais Bashar al Asad. Unos contactos que en cualquier caso se habrían producido en la sombra de los servicios secretos, en ningún caso a nivel diplomático.
«The Wall Street Journal» reveló ayer que entre los miembros de la delegación siria se encontraba Ali Mamlouk, asesor especial de seguridad del presidente Asad, que se reunió con espías españoles, franceses, alemanes e ingleses. No obstante, fuentes oficiales desde Londres negaron a Reuters que agentes del MI6 hubieran participado en estos encuentros secretos en Damasco. El rumbo que ha tomado la guerra siria tras casi tres años de enfrentamientos entre la oposición, liderada por grupos yihadistas, y las fuerzas gubernamentales ha llevado a Occidente a retomar los contactos con Damasco entre bambalinas para prevenir posibles atentados en suelo europeo. Las reuniones entre los servicios secretos europeos y la Inteligencia siria tenían por objeto compartir información sobre los 1.200 extremistas islámicos de origen europeo que se han unido a grupos radicales en Siria, como el ISIL, o El Frente al Nusra, el otro gran grupo sirio cercano a Al Qaeda. Muchos jóvenes musulmanes con nacionalidad europea, que sueñan con formar parte de Al Qaeda, han recibido entrenamiento terrorista en Siria para preparar explosivos y plantarlos en sus propias naciones. Para muchos de estos jóvenes reclutas, el ISIL se ha convertido en su inspiración. Precisamente ayer, un dirigente belga, de origen argelino, del ISIL murió en una emboscada por rebeldes islamistas en la provincia de Idleb, donde un número indeterminado de radicales, la mayoría extranjeros, resultaron heridos y fueron trasladados a Turquía para recibir tratamiento médico.
Esta preocupación parece que sólo concierne a los gobiernos europeos, ya que no ha habido encuentros similares con altos funcionarios de Estados Unidos. El propio secretario de Estado de EE UU, John Kerry declaró que no tenía conocimiento de ningún acercamiento ni encuentro de funcionarios norteamericanos con autoridades sirias. El Gobierno británico, por su parte, desmintió cualquier colaboración con Asad. La gran mayoría de estos jóvenes combatientes son nacionales de la Unión Europea, por lo que es lógica la preocupación en el viejo continente. El CNI estima que han viajado a Siria al menos 17 españoles, mientras que el presidente Hollande confirmó que 700 yihadistas habrían viajado desde suelo francés, a los que se sumarían otros 200 británicos, según fuentes de investigación de la Defensa noruega.
La mayoría de estos terroristas han sido captados y contratados a través de una red de mezquitas en Europa para luego hacer la peregrinación a Siria. En el camino, se han agrupado en viviendas clandestinas en el sur de Turquía, donde se preparan para cruzar la frontera hacia los campos de batalla en el norte de Siria. No hace mucho, el Gobierno turco anunció la detención y deportación de al menos 1.100 ciudadanos europeos que en 2013 estaban de camino a Siria, donde se iban a afiliar a grupos islamistas radicales. Asimismo, las autoridades turcas alertaron que otros 1.500 ciudadanos europeos podrían estar preparándose para ir a ese país. Los potenciales yihadistas europeos llegaron sobre todo desde Alemania, Bélgica, Francia y Países Bajos, precisó un informe de Inteligencia turca. Las autoridades del Reino Unido y Francia hicieron recientemente varias detenciones de personas sospechosas de tener vínculos con Siria. Londres retiró en diciembre la ciudadanía a 20 personas con doble nacionalidad que eran sospechosas de haber participado en la guerra en Siria. El ISIL cuenta con cerca de 5.500 combatientes extranjeros entre sus filas, de los que 250 son chechenos y combaten en Alepo y otros 17.000 son combatientes locales. El auge de Al Qaeda en territorio sirio e Irak está dando cierto respaldo a las políticas del presidente Asad que siempre ha utilizado la palabra «terrorista» a la hora de justificar sus acciones militares.
De cara a la conferencia de paz de Ginebra II que será el próximo martes, las potencias occidentales y los aliados regionales están trabajando para lograr un esperado acuerdo de alto el fuego. Para que tengan éxito las conversaciones de paz, se está barajando la opción de la participación de Irán como mediador, aunque algunas potencias regionales se opongan a ello. Sin embargo, la lucha entre facciones islamistas y el ascenso de Al Qaeda podría impedir cualquier avance. Desde que comenzaron a principios de mes las rivalidades entre facciones islamistas, más de 700 combatientes han muerto en enfrentamientos entre grupos adversarios. Y mientras llega o no llega una posible solución al conflicto, la población civil sigue sufriendo las consecuencias de la guerra.
En la segunda conferencia de donantes que se organizó ayer en Kuwait, en la que participan las principales potencias, la ONU consiguió recaudar 1.766 de los 4.800 millones de euros que necesita para proporcionar ayuda humanitaria a este país. EE UU destinará 278 millones y Kuwait, 500. El anfitrión, el jeque Sabah al Ahmed al Sabah, alertó sobre las «aterradoras cifras de muertos», que duplican los fallecidos de hace un año. Ban Ki Moon quiso lanzar un mensaje al pueblo sirio: «No os hemos olvidado».
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