Terrorismo
El Estado Islámico decapita a 60 cristianos en una aldea del Congo
Los obispos denuncian que lo que buscan los terroristas es la islamización del país
El Estado Islámico ha asumido la autoría del asesinato de 60 cristianos y un oficial militar en la aldea de Masala, en la región de Beni, en el Congo. Además, quemaron sus casas y tiendas y después huyeron sin que en ningún momento interviniera el ejército o las fuerzas de seguridad para evitarlo.
Antes la inseguridad se concentraba en el norte, pero ahora la violencia se ha extendido por todo el país y hoy varias regiones del país son escenario de conflictos armados en los que participa una constelación cada vez más amplia de grupos rebeldes, entre ellos milicias terroristas islamistas. La situación es compleja, aderezada con una economía de guerra transnacional, en la que intervienen intereses políticos, económicos, étnicos y religiosos, y con el terrorismo alcanzando niveles que constituyen crímenes de lesa humanidad. Según el Informe Libertad Religiosa en el Mundo 2023 (ILR), publicado por Ayuda a la Iglesia Necesitada, en los últimos 10 años, la batalla por el control de las minas de coltán se ha cobrado la vida de más de cuatro millones de congoleños, informa Aci Prensa.
El número de grupos terroristas, como el M23 y yihadistas como la Alianza de Fuerzas Democráticas, ha pasado de unas pocas decenas en 2006 a aproximadamente 120 en la actualidad. Estas facciones rebeldes cometen atrocidades contra la población con total impunidad. Solo entre abril y junio de 2022, la ONU registró casi 1000 muertes de civiles; en todo 2022, más de 700.000 personas fueron desplazadas. Los extremistas atacan cada vez más a líderes religiosos y lugares de culto.
La Iglesia católica ha criticado la situación y ha defendido abiertamente a las víctimas. Los obispos subrayan los objetivos de los terroristas: “explotan las debilidades de las fuerzas armadas regulares para alcanzar sus objetivos políticos y religiosos”. Por ejemplo, entre los que se encuentran “la ocupación de la tierra, la explotación ilegal de los recursos naturales, el enriquecimiento propio gratuito y la islamización de la región sin tener en cuenta la libertad religiosa”. Se calcula que la necesidad mundial de cobalto impulsada por la tecnología crecerá un 60% de aquí a 2025. No se prevé que disminuyan los atentados en la República Democrática del Congo, en especial la violencia yihadista.
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