El Estado Islámico ordena la yihad contra los gobernantes musulmanes considerados traidores

El Estado Islámico (ISIS, DAESH) ha hecho un llamamiento para lanzar el terrorismo yihadista contra una serie de gobernantes musulmanes, a los que califica de incrédulos, traidores a la afe auténtica y, por lo tanto, dignos de la muerte.

Para ello, utiliza la figura de su primer “califa”, Abu Bark Bagdadi, convertido en héroe pese a que murió al accionar el chaleco explosivo que llevaba y era perseguido por el perro “Conan”, de las Fuerzas Especiales de los Estados Unidos y trataba de evitar su detención.

Por lo visto, según la interpretación de los yihadistas, todos debían obediencia a este individuo, que gobernó a sangre, tortura y fuego el “Califato” que implantaron en Siria e Irak. Entre las fotografías de los mandatarios incluidos en el cartel figuran, entre otros los de Turquía, Siria, Arabia Saudita e Irán.

“La rebelión contra ellos y la yihad contra ellos son obligatorias, hasta que prevalezca el fin de la incredulidad, el ateísmo de la tierra. Después de eso, aquellos que siguen el argumento, es necesario que abandonen la obediencia a estos gobernantes tiránicos y se levanten contra ellos”, afirman.

“Cuando ves una incredulidad tan clara y abierta, sobre la cual también tienes una prueba clara de Allah, entonces no es necesario que escuches y obedezcas a tales gobernantes. Ahora mire el caso de la democracia: las reglas creadas por el hombre y al tomar decisiones de acuerdo con ellas, todos saben que estas son reglas de la ignorancia. Juzgar según tales leyes es kufr (incredulidad); porque está aparte de la ley revelada por Allah”, dice Isis en su mensaje.

“¿Y estos abiertamente violadores del Islam son agentes o no? Respuesta: ¡Sí! Porque han cambiado las órdenes reveladas por Allah; porque abandonaron la ley de Dios e implementaron leyes hechas por el hombre; porque ayudaron abiertamente a judíos y cristianos contra los musulmanes y se convirtieron en sus aliados. Estas acciones de los actuales gobernantes están rompiendo la paz. Son tan claras y obvias, que no pueden ocultarse a ninguna percepción. Los hay, excepto aquellos que siguen ciegamente a sus gobernantes y consideran correctas sus acciones inválidas y crueles”, agregan.