Política

Nueva York

Estados Unidos busca un pacto «in extremis»

Obama y los líderes del Congreso exploran una propuesta alternativa que evite la suspensión de pagos

MÁXIMA PREOCUPACIÓN. Un ciudadano mira atento la comparecencia del presidente de la Cámara de Representantes, John Bohener, ayer, en Nueva York
MÁXIMA PREOCUPACIÓN. Un ciudadano mira atento la comparecencia del presidente de la Cámara de Representantes, John Bohener, ayer, en Nueva Yorklarazon

Penúltimo acto del último drama político en Washington: la posible entrada en suspensión de pagos si demócratas y republicanos no llegan a un acuerdo hoy sobre el techo de deuda.

Penúltimo acto del último drama político en Washington: la posible entrada en suspensión de pagos si demócratas y republicanos no llegan a un acuerdo hoy sobre el techo de deuda. Pero, sin duda, no será éste el drama final de la capital estadounidense, ya que, con toda seguridad, otro nuevo se producirá dentro de tres o cuatro meses. En la mañana de ayer, Barack Obama rechazó la última propuesta de la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, después de que el presidente de la Cámara Baja, el republicano John Boehner, incluyese provisiones inaceptables para los demócratas. Entre otras, destacaron el retraso de dos años de la entrada en vigor de los impuestos sobre el instrumental médico, la prohibición de que el secretario del Tesoro pudiese mover ciertas cantidades de dinero entre agencias y departamentos para ganar tiempo ante una posible bancarrota y una enmienda que hubiese impedido a los funcionarios del Gobierno acogerse a los subsidios de las aseguradoras médicas, incluido el presidente, el vicepresidente y los miembros del gabinete de la Administración y legisladores.

La frustración de Obama ante este nuevo texto y su inmediato rechazo se produce porque el retraso de la entrada en vigor de ese impuesto sobre el instrumental médico significa minar la reforma sanitaria que tanto le costó sacar adelante en marzo de 2010. Necesita los fondos que se recauden con esos impuestos para que el «Obamacare» funcione. Esta disposición fue impuesta por los conservadores del Tea Party, que llegaron en las elecciones del 2010 al Congreso con la promesa política de boicotear dicha reforma sanitaria.

Tras rechazar la propuesta, el presidente de Estados Unidos ordenó a uno de sus portavoces enviar una nota en referencia a su pelea con el Tea Party a Boehner en la que se indicaba que «el presidente ha dicho de forma repetida que los miembros del Congreso no pueden pedir un rescate para atender las responsabilidades básicas y aprobar el presupuesto y las facturas de la nación. Desafortunadamente, la última propuesta de los republicanos de la Cámara Baja hace eso mismo (por el rescate) en un intento de complacer al grupo de republicanos del Tea Party que obligó a llevar a cabo del cierre del Gobierno», se recordó en el comunicado en referencia directa al grupo encabezado por el senador de Texas Ted Cruz.

«Estamos hablando con los miembros de ambos lados de la bancada para encontrar una forma de seguir adelante. He dejado claro durante varios meses que la idea de una suspensión de pagos es un error y no deberíamos habernos acercado a esta situación», indicó Boehner. Mientras tanto, al cierre de esta edición, este congresista se las vio y deseó para encontrar algo de consenso dentro de su partido. Ni siquiera consiguió ayer a primera hora de la tarde hacerse con los 217 apoyos necesarios dentro de su Cámara para aprobar la ley con las disposiciones presentadas por el Tea Party. De esta forma, a Boehner sólo le quedó echar un vistazo a las encuestas internas que maneja el equipo de su distrito para, al menos, intentar salvar su asiento después de esta pelea política en Washington. Al representante de Ohio se le acabó ayer el tiempo. Tenía que elegir entre aceptar las disposiciones del ala más conservadora de su partido que han bloqueado los demócratas en varias ocasiones, o convocar una votación con una propuesta a gusto de Obama y los senadores demócratas que provocaría la ira de los republicanos más conservadores de la Cámara Baja. Sin embargo, optó por agotar el tiempo (a partir de la medianoche de mañana) para justificar ante sus votantes y su partido las posibles concesiones y así evitar la entrada en bancarrota de Estados Unidos.