Asia
Estados Unidos y Japón fortalecen su defensa mutua para enfrentar el desafío de China
Las partes contemplan designar a un comandante de cuatro estrellas para supervisar las fuerzas estadounidenses en el país del sol naciente y crear un cuartel general de las Fuerzas de Autodefensa japonesas
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro japonés, Fumio Kishida, están a punto de marcar un hito en la estructura de mando militar de Washington en Asia Oriental mediante un compromiso de fortalecer la cooperación en materia de defensa y explorar cambios significativos en la región. Una de las propuestas clave es designar a un comandante de cuatro estrellas para supervisar las fuerzas estadounidenses en el país del sol naciente, así como la creación de un cuartel general de las Fuerzas de Autodefensa japonesas encargado de coordinar todas las operaciones militares del país.
El plan, que reforzará la planificación operativa y los ejercicios entre ambos países, se dará a conocer cuando Biden reciba a Kishida en la Casa Blanca el 10 de abril, según el Financial Times. Estas iniciativas suponen la mayor mejora de su alianza de seguridad desde que se firmó un tratado de defensa mutua en 1960, y pretenden ser una respuesta a los desafíos regionales, en particular la creciente amenaza de China y las tensiones en la península coreana. Al día siguiente se celebrará además la primera cumbre a tres bandas con los líderes de Filipinas y Japón, en un contexto de continuos enfrentamientos entre buques filipinos y chinos en el Mar de China Meridional, donde ambos países se disputan reivindicaciones marítimas.
Japón avanza a gran velocidad en la construcción de unas Fuerzas de Autodefensa capaces de responder rápidamente a las amenazas en un entorno de seguridad desafiante. A medida que el país se adentra en el segundo año de su refuerzo militar, el gasto en defensa ya ha aumentado en un 50% con respecto a los niveles de 2022. Además de importantes inversiones en capacidades de contraataque, arsenales de municiones y preparación, la nación ha anunciado importantes reformas estructurales, como planes para establecer un Mando de Operaciones Conjuntas de Japón (J-JOC) en 2025.
Las Fuerzas Estadounidenses en Japón (USFJ) apenas han cambiado desde la década de 1960, cuando Japón se consideraba poco más que una plataforma para sus operaciones militares en toda la región. Las autoridades y el personal de las USFJ se limitan principalmente a administrar los acuerdos de alianza relacionados con cerca de 54.000 efectivos estadounidenses destacados. Las fuerzas de EE UU en el país asiático representan algunas de sus capacidades militares más importantes del Indo-Pacífico, pero hasta ahora, el comandante de tres estrellas de la USFJ ha tenido limitadas autoridades operativas conjuntas, y los distintos elementos de servicio estadounidense informan a los cuarteles generales de sus componentes en Hawái.
Hasta ahora, tanto en Washington como en Tokio se ha reconocido cada vez más la insuficiencia del mando y control de su alianza. En la Ley de Autorización de la Defensa Nacional de 2024, el Congreso de Estados Unidos exigió un estudio de viabilidad del Departamento de Defensa (previsto para junio) sobre la modificación de las estructuras de mando de Estados Unidos, para complementar el establecimiento del mando conjunto.
El empeño de Japón en duplicar su presupuesto militar hasta alcanzar el 2% del PIB en 2027, junto con los planes para reforzar su capacidad en materia de misiles, ilustra su determinación de desempeñar un papel más asertivo en la seguridad regional. Sin embargo, este viraje estratégico no ha pasado desapercibido, ya que ha suscitado las críticas de Pekín y ha aumentado la complejidad de las relaciones exteriores niponas, especialmente con Taiwán.
Y es que Tokio ha decidido nombrar a un agregado de protección en la isla, y además envió un mensaje de felicitación al nuevo presidente electo taiwanés, William Lai. Dos reacciones que, si bien parecen de menor importancia, suponen una postura diplomática de gran calado. Estos golpes, indicativos de la técnica japonesa para estrechar lazos con Taipéi en medio de la escalada de tensiones con Pekín, tienen el potencial de remodelar la estructura de seguridad regional.
Durante los últimos meses Taiwán ha denunciado que ha detectado numerosos globos, aviones militares y buques de guerra chinos cruzando la línea mediana del estrecho. Por su parte, la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) ha afirmado que la creciente agresividad de China forma parte de sus esfuerzos por desarrollar la capacidad de tomar el control de la isla autogobernada en 2027. En respuesta a las crecientes amenazas, Taipéi sigue desarrollando sus capacidades militares mediante la adquisición de armas sofisticadas y la construcción de infraestructuras de defensa. Además, sus aliados, Washington y Tokio, realizan maniobras militares conjuntas desde 1986 para practicar la defensa de las islas de la región.
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