
Defensa
Estados Unidos quiere ponerse las pilas y alcanzar a China: ha ordenado fabricar miles de misiles
Estados Unidos refuerza su escudo antimisiles con una inversión histórica en el sistema PAC-3, el mismo que protege los cielos de España, ante la creciente amenaza que suponen las nuevas armas hipersónicas

El Ejército de Estados Unidos ha formalizado un contrato de proporciones históricas con la compañía Lockheed Martin, valorado en 9.800 millones de dólares, para la producción de casi 2.000 interceptores del modelo PAC-3 MSE. Esta operación representa un refuerzo sin precedentes de las capacidades de defensa aérea y antimisiles del país norteamericano, en un contexto de creciente tensión geopolítica a escala mundial. Esta adquisición masiva llega en un momento clave para disipar la creciente preocupación por los misiles Patriot y su disponibilidad en los arsenales occidentales.
De hecho, a diferencia de los sistemas tradicionales que dependen de la fragmentación de una ojiva para neutralizar sus objetivos, el PAC-3 MSE se basa en la tecnología de impacto directo. Este sofisticado sistema, conocido como «hit-to-kill», destruye las amenazas por colisión cinética, lo que garantiza una altísima precisión. Con un alcance operativo que se extiende hasta los 120 kilómetros y la capacidad para actuar a una altitud de 36 kilómetros, se consolida como uno de los escudos defensivos más avanzados del planeta.
Asimismo, su diseño está específicamente concebido para interceptar una amplia gama de objetivos aéreos. Diseñado para una defensa adaptable, el sistema puede derribar desde misiles balísticos y de crucero hasta amenazas hipersónicas emergentes y aeronaves militares. Esta versatilidad lo convierte en un activo indispensable para la defensa en múltiples escenarios de conflicto, según se puede leer en una publicación de Interesting Engineering. La necesidad de interceptar estas amenazas es cada vez más crítica, ya que el propio Pentágono está adaptando sus bombarderos para poder lanzar misiles hipersónicos con mayor eficacia.
Un aumento en la producción para satisfacer la demanda global
Por otro lado, el acuerdo no se limita a esta adquisición masiva, sino que también establece un ambicioso plan para acelerar su fabricación y responder así a la creciente demanda internacional. Las previsiones apuntan a que la producción anual de estos interceptores logrará superar las 600 unidades anuales para el año 2025, con proyecciones que elevan esa cifra hasta los 650 misiles para 2027, lo que refleja la urgencia estratégica por disponer de estos sistemas.
En este sentido, cabe destacar que el sistema PAC-3 no es de uso exclusivo para Washington. Un total de diecisiete naciones aliadas, entre las que se encuentran socios clave como España, Alemania o Japón, ya han incorporado esta tecnología a sus arsenales para modernizar sus capacidades defensivas y fortalecer la seguridad colectiva. Esta decisión se alinea con la estrategia actual de Berlín, pues Alemania quiere volver a ser una potencia militar y está agilizando la adquisición de armamento avanzado.
Además, una de sus grandes ventajas reside en su interoperabilidad con otras plataformas defensivas de primer nivel. El PAC-3 MSE puede integrarse y operar de forma coordinada con el sistema THAAD, el sistema Aegis de la Marina estadounidense o las redes de datos de los cazas de quinta generación F-35, creando un escudo defensivo multicapa, integrado y altamente eficaz frente a las amenazas más complejas.
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