Armas

El dron Lancet ruso se ha convertido en una pesadilla para las fuerzas armadas de Ucrania

Este dispositivo ha atacado aviones de combate MiG-29 y sistemas de defensa IRIS-T alemanes en territorio ucraniano

Lancet-3 está fabricado por ZALA Aero Group, empresa perteneciente al Grupo Kalashnikov.
Lancet-3 está fabricado por ZALA Aero Group, empresa perteneciente al Grupo Kalashnikov.Kalashnikov.

Los drones kamikaze rusos Lancet se han convertido en la última pesadilla de la fuerza aérea de Ucrania. En las últimas semanas han aparecido varios vídeos en las redes sociales con imágenes en las que aviones de combate ucranianos son atacados y destruidos por estas pequeñas aeronaves no tripuladas. Según "The Wall Street Journal", este dispositivo está frenando el avance ucraniano ya que está inutilizando algunos de los vehículos blindados suministrados por Occidente que supuestamente inclinarían la balanza de la guerra a favor de Ucrania.

Los Lancet están fabricados por Zala Aero Group, la misma empresa que produce los drones Orland 10. El Ministerio de Defensa de Reino Unido asegura que Moscú usa estos drones para "atacar objetivos prioritarios". Hasta ahora, "Rusia ha empleado los drones pequeños principalmente para tareas de reconocimiento", pero con su capacidad de ataque, los Lancet "han supuesto un cambio drástico sobre cómo Rusia usa este tipo de armas", asegura la Defensa británica. El 11 de septiembre, los medios estatales rusos afirmaron que su fuerza aérea había destruido dos MiG-29 ucranianos y tres Su-25 en la base aérea de Dolgintsevo, cerca de Kryvhi Rhi.

Los drones Lancet se caracterizan por su extraño diseño con dos pares de alas en forma de X en la parte delantera del fuselaje y en la trasera. Contienen cargas explosivas y pueden merodear varias horas cerca de sus objetivos antes de estrellarse contra ellos. Se trata de aeronaves realmente pequeñas y ligeras. La última versión, el Lancet-3M, pesa alrededor de 12 kilos (incluida la carga útil) y mide algo menos de dos metros de largo.

Este dispositivo tiene una autonomía de 40 minutos y un alcance de 40 kilómetros. Su velocidad es de 110 kilómetros por hora, pudiendo llegar a máximos de 300 km/h cuando se utiliza para interceptar un dron en vuelo o acelerando antes de alcanzar un objetivo en tierra. Su altura máxima de vuelo es de 5.000 metros.

Sebastien Roblin explica en Popular Mechanics que los Lancet-3 y los drones de vigilancia Orlan-10 operan como un solo equipo en primera línea del frente. Los Orlan-10, de mayor resistencia, localizan los objetivos y los Lancets atacan. Después merodean para evaluar los daños causados.

Algunos vídeos de internet muestran a drones Lancet atacando sistemas de defensa aérea IRIS-T, donados por Alemania, y un tanque Leopard. Rusia comenzó a usar estos drones el año pasado para atacar sistemas de misiles de defensa aérea como el S-300, tanques como el M109, piezas de artillería como el M777 e incluso un navío artillero Gyurza-M Class.

Samuel Bendett, un experto en tecnología militar rusa del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense, dijo a la agencia Reuters que producir cada dron cuesta alrededor de 35.000 dólares.

En 2019, durante la presentación oficial del Lancet, Guennadi Rozhkov, jefe de proyectos especiales de Zala Aero Group, dijo que "el uso de estos dispositivos es más barato que transportar y desplegar sistemas de artillería o tanques en un campo de batalla" ya que "puedes cargar hasta diez aparatos de estos en un monovolumen o en un camión, aparcarlos a 40 km de distancia de las líneas enemigas y dejar caer una lluvia de bombas sobre las cabezas de los enemigos”.