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Putin obsequia con un «Rolls-Royce ruso» a su aliado Kim Jong-un

Rusia quiere convertir la marca de vehículos de lujo Aurus en un icono de la industria automovilística nacional, pero las sanciones han acabado con los planes de expansión

Un coche de lujo ruso Aurus parecido al que tiene el presidente Putin
Un coche de lujo ruso Aurus parecido al que tiene el presidente PutinAurus

En una asombrosa muestra de diplomacia audaz, el presidente ruso Vladimir Putin ha otorgado al líder norcoreano un exquisito automóvil de fabricación rusa para su colección personal. Este regalo, envuelto en las sombras de la controversia, enciende la llama de las especulaciones sobre las dinámicas secretas y los intereses estratégicos entre ambos países. La muestra de camaradería llega en un momento en que su relación ha experimentado un fortalecimiento notable, especialmente después de la invasión rusa de Ucrania en 2022, mientras la comunidad internacional ha acusado a Pyongyang de brindar un considerable apoyo logístico y de munición a las fuerzas de Putin.

Al parecer, la hermana del mandatario norcoreano, Kim Yo-jong, una alta funcionaria del Gobierno que ha sido descrita como la líder de facto número dos, recibió el tesoro automovilístico el pasado domingo, calificándolo de «clara prueba de las especiales relaciones amistosas» entre ambos gobiernos y «el mejor de los obsequios posibles».

Aunque no se especificó la marca ni el modelo del auto obsequiado, Kim Jong-un –conocido admirador de los automóviles occidentales de alta gama y propietario de varios introducidos ilegalmente en su sancionado país– ya había examinado la limusina presidencial Aurus de Putin durante una visita a Rusia en septiembre del año pasado.

La élite política rusa se asocia a menudo con el Aurus Senat, un vehículo famoso por su opulencia y su avanzada ingeniería, que goza de gran prestigio. Al elegir este modelo en particular como regalo para Kim, parece que Moscú está haciendo una declaración no solo sobre su fuerza, sino también respecto a la relevancia de fomentar los lazos con sus amigos norcoreanos.

El misterioso líder norcoreano es conocido por su pasión por los carros de alta gama, y se rumorea que posee una impresionante colección que despiertan la envidia de cualquier aficionado, como un reluciente Mercedes-Maybach S600, un imponente Rolls-Royce Phantom o incluso un Lexus LX 570.

No obstante, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, en el cual Rusia tiene un asiento permanente, ha emitido resoluciones que establecen estrictas restricciones a la exportación de artículos de lujo y vehículos a Pyongyang. Estas directrices aprobadas en distintos momentos tienen como objetivo principal limitar la capacidad del país para adquirir bienes de lujo y tecnología que podrían contribuir a su programa nuclear y desestabilizar la región.

Cabe destacar el momento elegido para este obsequio, en medio de las crecientes tensiones y los cambios geopolíticos en la península coreana. Aunque los detalles de su entrega no están claros, el peso simbólico de este gesto es innegable. La diplomacia recurre tradicionalmente a los obsequios como instrumento para expresar buena voluntad, establecer lazos y señalar las intenciones de un país a otro.

En el caso de Putin, el gesto podría tener más de una finalidad. En primer lugar, puede ser un intento calculado de fortalecer la relación bilateral en un momento en que ambas naciones se enfrentan a un creciente escrutinio y presión por parte de la comunidad internacional. Al extender esta rama de olivo, es probable que esté tratando de posicionar a su país como un actor clave en las futuras negociaciones o iniciativas políticas que afecten a la península coreana. Por otro lado, la entrega de tan lujoso modelo podría interpretarse como un sutil mensaje a otras potencias mundiales, especialmente Estados Unidos y China, que mantienen complejas relaciones con el régimen norcoreano.

El presidente ruso, Vladimir Putin, a la derecha, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, posan para una foto antes de sus conversaciones en Vladivostok, Rusia
El presidente ruso, Vladimir Putin, a la derecha, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, posan para una foto antes de sus conversaciones en Vladivostok, RusiaAlexander ZemlianichenkoAgencia AP

En una reunión celebrada en Pyongyang el pasado mes de julio, el ministro de Defensa norcoreano, Kang Sun-nam, y su homólogo ruso, Serguéi Shoigú, prometieron ampliar la cooperación militar de sus países para «hacer frente con determinación» a su «enemigo común», Estados Unidos. Más tarde, en una cumbre celebrada en septiembre con el presidente ruso, Kim brindó por la «sagrada lucha» del Kremlin contra «una banda del mal» –en referencia a los países occidentales– y calificó a Putin de «amigo íntimo».

La cooperación entre las potencias trasciende las meras palabras y se materializa en acciones concretas. El régimen de Kim ha recibido apoyo significativo ruso, que va desde ayuda alimentaria hasta el suministro de aviones de combate, misiles tierra-aire, vehículos blindados y equipos para la fabricación de misiles balísticos. Además, hay evidencias de que ambas naciones comparten conocimientos y experiencia en este ámbito.

Un claro ejemplo de esta colaboración se dio en julio, cuando Pyongyang llevó a cabo con éxito una prueba de lanzamiento de un misil balístico intercontinental de alta tecnología, lo que demuestra avances significativos en su capacidad militar. Asimismo, en noviembre, logró poner en órbita su primer satélite de reconocimiento militar después de varios intentos fallidos, lo cual indica una clara mejora en su capacidad espacial.