Política

Unión Europea

Análisis: Europa como antítesis al populismo

Análisis: Europa como antítesis al populismo
Análisis: Europa como antítesis al populismolarazon

Las relaciones entre Alemania y Francia no son frías a causa de la debilidad de los líderes, pero sí por la falta de confianza en la capacidad y la voluntad de hacer lo necesario por parte de algunos países. Macron habla de reformas, pero la canciller Merkel no parece dar mucho crédito a esas ideas. No es que el presidente mienta, es que no creo que se fíen de que él tenga el poder para hacerlo. La reacción de los «chalecos amarillos» demuestra que no pueden fiarse de Francia aunque Macron realmente quisiera reformar el país. El problema de Francia es que tiene un nivel de déficit público y unas obligaciones a largo plazo que no cuadran con el nivel de gasto público y el de crecimiento económico. El modelo «macronista» de unión fiscal y presupuesto europeo es en cierto modo un sistema de distribuir el peso de una posible crisis en Francia sobre los demás países y Alemania no quiere que Francia evite reformas bajo la protección de tal sistema. En Italia, la resistencia a reformas razonables ya ponen en peligro la estabilidad del euro. Merkel teme que no haya gran interés en reformas verdaderas.

El riesgo es que las únicas soluciones que los franceses acepten sean las de transferir el golpe del gasto insostenible público sobre otros países como Alemania. Una situación de este tipo solo reforzaría a partidos como los ultras de AfD y podría deteriorar la economía germana. Alemania no puede ser el único país grande en la zona euro con una economía fuerte. Además está el detalle de las reformas que se hicieron en Berlín. Contrariamente a París, ocurrieron antes de la crisis y son en gran parte la razón de la fuerza alemana durante la crisis. Obviamente no basta como explicación, también con la subida de la demanda externa a la UE –que no puede uno confíar en que siga eternamente– y el hecho que contrariamente a muchos países, en Alemania el crédito privado estaba ya muy reglamentado.

Merkel, no obstante, tampoco goza de un liderazgo fuerte pero no se puede descartar que el siguiente dirigente alemán sea débil. Macron tiene problemas, es verdad, pero los populistas británicos del Brexit, el Movimiento 5 Estrellas en Italia y otros tampoco tienen el viento en popa. No es del todo cierto que los populistas estén ganando mucho espacio, hay más, cierto, pero los primeros pasos de los ejecutivos populistas no han sido brillantes. La promesas de oro de los «brexisters» se parecen cada vez más a hierro oxidado. Algunas posiciones en Italia han creado una reacción de protesta. Se están descubriendo cada vez más casos de enfermedades contagiosas en Italia por falta de un nivel de vacunación adecuado que los «grillini» contribuyeron a crear con una posición contra las vacunas. Casos fatales podrían rápidamente minar la credibilidad, la salud es un tema muy «contagioso» en las dos direcciones.

Las posiciones extremas de ciertos partidos populistas también crean un movimiento contrario. No todos los que quieren más seguridad y más control desean que esto permita al Gobierno abusos de poder. Quizás la medicina al populismo es el populismo mismo que suele al final crear efectos negativos, ya que propone a menudo soluciones simplistas e impracticables que puestas en marcha no funcionan. De todos modos estos partidos de extremos no proponen realmente posiciones viables para el día de hoy y demuestran buscar el poder por el mero deseo de poder gobernar bajo reglas rígidas.